El denso petróleo que apareció misteriosamente en más de un centenar de playas del noreste de Brasil “muy probablemente viene de Venezuela”, dijo el ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles.
“Ese petróleo que está viniendo, muy probablemente de Venezuela, como dice el estudio de Petrobras. Es un petróleo que vino en un barco extranjero que, todo indica, navegaba cerca de la costa brasileña, con derrame accidental o no”, dijo Salles ante una comisión de la Cámara de Diputados.
Petrobras, que ayuda en las operaciones de limpieza de aproximadamente 138 playas afectadas, aseguró que el crudo vertido no es “producido ni comercializado por la empresa”, después de realizar un muestreo y análisis del material viscoso, denso y color negro que contamina la cosa atlántica.
“Estamos teniendo una enorme dificultad para contener las manchas», admitió el ministro, que visitó el lunes parte de la zona afectada, que incluye costas de nueve estados del noreste brasileño, el más afectado Sergipe.
Las autoridades siguen las investigaciones para determinar al responsable del derrame, cuyo origen sigue siendo «desconocido», dijo Salles.
La estatal Petróleos de Venezuela, Pdvsa, no se ha referido al caso por el momento.
Desde el 2 de septiembre comenzaron a detectarse manchas de petróleo flotando sobre amplias zonas de la costa atlántica o cubriendo rocas y arena. Hasta el lunes las autoridades recogieron 133 toneladas de residuos.
El lunes, el presidente Jair Bolsonaro afirmó que las autoridades identificaron “un país que puede ser el del origen del petróleo” que se esparce por más de un centenar de playas en nueve estados del noreste, pero al día siguiente evitó dar detalles sobre el presunto responsable.
“Es reservado, no puedo acusar a un país. Si resulta que no es ese país, no quiero crear problemas con otros países”, añadió.
Salles también defendió la acción “rápida” de las autoridades para contener la contaminación, respondiendo críticas de algunos sectores de que el gobierno se desplegó tardíamente.
Las manchas de petróleo se encontraron a lo largo de aproximadamente 2.000 km de costa, golpeando una empobrecida región que abriga las playas más exuberantes de Brasil y vive principalmente del turismo.
Los residuos petroleros, según expertos consultados por la AFP, amenazan ecosistemas muy sensibles como playas, manglares y arrecifes.
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