El presidente electo de Argentina, el peronista Alberto Fernández, se negó este miércoles a considerar a la senadora de la oposición Jeanine Áñez como mandataria interina de Bolivia. Señaló que lo que hubo en el país andino fue un golpe de Estado.
“La Cancillería (del gobierno saliente argentino) tuvo muchas dificultades para ver lo obvio, y es que en Bolivia hubo un golpe de Estado. Espero que no reconozcan ese resultado”, señaló a su salida de una reunión con movimientos sociales en la Conferencia Episcopal Argentina.
Alberto Fernández explicó que en Bolivia “hubo un jefe del Ejército que pidió la renuncia de un presidente y una policía que se amotinó, unos hechos que en cualquier lugar del mundo se llama golpe de Estado”.
“Los únicos que no lo han visto están en el gobierno” del actual presidente argentino, Mauricio Macri”, sostuvo Alberto Fernández, quien tomará posesión del cargo el 10 de diciembre.
En una línea similar declaró Cristina Fernández de Kirchner, vicepresidente electa, y mandataria del país suramericano entre 2007 y 2015. En Twitter ironizó sobre la instalación de una “nueva moda” en América Latina, por la que “a los presidentes ya no los eligen los pueblos”.
“Ahora se autoproclaman con gran patrocinio mediático e inmediato reconocimiento de ya sabemos quién. Lo curioso, además, es que dicen hacerlo en nombre de la democracia”, aseguró.
Estas declaraciones se originan un día después de que la senadora de la Unión Demócrata Jeanine Áñez asumió la primera magistratura de Bolivia, luego de que la línea sucesoria quedó rota al dejar Evo Morales el poder y con él todos los cargos oficialistas que hubieran podido sucederle.
Antes de asumir de forma interina la jefatura del Estado, Áñez fue designada presidente del Senado, donde era una de las vicepresidentas.
Lo que establece la Constitución de Bolivia
La Constitución boliviana establece que en ausencia del jefe del Estado asume la Presidencia, en este orden, el vicepresidente del país, el presidente del Senado y el del Congreso.
Todos estos cargos habían renunciado luego de que Morales anunció el pasado domingo su salida del poder.
Áñez recibió el aval del Tribunal Constitucional de Bolivia al poco tiempo de su proclamación, en un comunicado en el que reconoció que se ajusta a la Constitución del país promulgada por Morales en 2009.
La senadora se comprometió a “convocar elecciones lo más pronto posible”, en pos de una “Bolivia libre y democrática”.
La situación en el país andino ha puesto de manifiesto las diferencias en materia de política exterior entre el próximo presidente de Argentina y el actual Ejecutivo, presidido por Mauricio Macri, al que le queda menos de un mes en el poder.
La Cancillería argentina considera que no están los elementos para describir lo ocurrido en Bolivia como un golpe de Estado.
Macri, por su parte, pidió este martes la convocatoria de “elecciones libres y justas” para resolver la crisis de Bolivia, apenas un día después de que Evo Morales confirmara que viajaba a México como asilado después de su renuncia a la Presidencia.
En cualquier caso, el gobierno argentino saliente todavía no se ha fijado posición oficialmente respecto a la asunción de Áñez como presidente interina, al contrario que Estados Unidos, que sí la reconoció como legítima mandataria.