Sin duda el gran protagonista de la temporada fue Dorian, uno de los tres huracanes de la temporada que alcanzó categoría ‘mayor’, niveles 3, 4 o 5 en la escala Saffir-Simpson, que mide estos fenómenos por la fuerza de sus vientos.
Dorian está empatado con el denominado huracán del Día del Trabajo (1935) como el más fuerte registrado a la hora de tocar tierra en la cuenca del Atlántico en términos de viento (185 millas por hora o 295 km/h).
Este fenómeno, que llegó a generar rachas de viento de hasta 220 m/h (354 km/h), tocó tierra el 1 de septiembre en la islas Ábaco, en el archipiélago atlántico de Bahamas, causando el peor desastre natural en la historia del país.
Las muertes en el archipiélago relacionadas con el paso del huracán ascienden a 69, según la última actualización de la Agencia Nacional de Manejo de Emergencias (NEMA, en inglés), divulgada el 20 de noviembre.
Pero su devastación fue más allá y, según la última cifra divulgada por NEMA el pasado 25 de septiembre, 608 personas desaparecieron debido al paso de Dorian, que provocó daños por valor de 7.000 millones de dólares, según cifras preliminares de las autoridades bahameñas.
Tras asolar el archipiélago recorrió de sur a norte la costa este de Estados Unidos, donde al menos murieron nueve personas más antes de disiparse ya frente a Groenlandia.
Además de los cuantiosos daños en Bahamas, y según datos del informe de catástrofes globales de octubre de la aseguradora Aon, Dorian causó 1.200 millones de dólares en pérdidas en Estados Unidos.
En ese país habría que sumar 2.000 más que provocó la tormenta tropical Imelda, al recorrer los estados de Texas, Luisiana, Oklahoma y Arkansas, y 600 más del huracán Barry.
La temporada de la cuenca atlántica dejó además pérdidas de 250 millones en México por la tormenta tropical Fernand y 367 más en el archipiélago portugués de las Azores por el huracán Lorenzo.
En total, la temporada, que comenzó oficialmente el 1 de junio, produjo 18 tormentas con nombre, incluidos seis huracanes, de los cuales tres fueron ‘mayores, Dorian, Humberto y Lorenzo.
Este último causó la muerte a una decena de personas y llegó a alcanzar la costa oeste de Irlanda después de batir el récord del mayor número de días como un huracán ‘mayor’ al este del meridiano 45 norte, superando a Carrie, de 1957.
Este año fue la cuarta temporada consecutiva de huracanes en el Atlántico por encima de lo normal. El único otro período registrado que produjo cuatro temporadas consecutivas superiores a lo normal fue el comprendido entre 1998 y 2001.
También este año se formaron cinco ciclones tropicales en el Golfo de México, lo que empata la marca histórica de 2003 y 1957 de mayor número de tormentas tropicales que se forman en esa región.
‘Las condiciones que favorecieron tormentas más fuertes y más duraderas este año incluyeron un monzón en el África occidental, aguas más cálidas del Atlántico y débiles vientos cortantes en el Atlántico occidental y el Golfo de México’, explicó Gerry Bell, experto de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de EE.UU.
De esta forma se superó la actividad promedio de las temporada en el Atlántico, 12 tormentas tropicales, seis huracanes y tres huracanes ‘mayores’ y se cumplieron las predicciones de la NOAA.
Esta agencia gubernamental presentará en mayo próximo sus previsiones para la próxima temporada, que comenzará el 1 de junio y concluirá de nuevo el 30 de noviembre.