Fue el 6 de noviembre, cuando Alfredo Crespo, abogado del genocida Abimael Guzmán, solicitó al JNE la verificación de 10,509 rúbricas. Según la norma, el mínimo requerido para poder presentar el recurso ante el Tribunal Constitucional (TC) es 5,000 firmas. Casi un mes después, el 4 de diciembre, el JNE resolvió que 7,345 rúbricas de las presentadas eran válidas. Con esto el ente electoral dejó el camino libre para que el proceso iniciado por Crespo continúe su ruta al TC.
La petición de dicha información se realiza bajo el amparo de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública, la lista de los firmantes que apoyan al Movadef, el brazo político de Sendero Luminoso, pero la entidad se negó argumentando que son “datos sensibles al estar vinculados a opiniones o convicciones políticas”, según la Ley de Protección de Datos Personales. Además, dijo que se necesita un “consentimiento expreso” de dichos ciudadanos.
Así mismo, el procurador antiterrorismo, Milko Ruiz, consideró que el Tribunal Constitucional (TC) no aceptará la demanda de Sendero Luminoso (SL) contra la legislación que sanciona actos subversivos.
El procurador explicó que las normas penales, administrativas y políticas que los senderistas quieren anular respetan las regulaciones de instancias internacionales.
Respecto a los 7,345 firmantes que respaldan el pedido de Alfredo Crespo, Ruiz comentó que no le sorprende la cantidad, pero tampoco los subestima. Tambien, indicó que el debate del recurso en el TC puede tardar entre uno y dos años.
Cabe recordar quien fue el grupo terrorista Sendero Luminoso:
Sendero Luminoso, también conocido como Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso (PCP-SL), es un movimiento armado insurrecto que está activo desde la década de 1970 en Perú. considerado como organización terrorista por varios Estados.
Comenzó como un movimiento armado por la gratuidad de la enseñanza, iniciado en la provincia peruana de Ayacucho, y posteriormente se extendió como un movimiento político, que se desarrolló por otras ciudades del mismo país y que culminó con una guerra de más de una década.
El levantamiento en armas ocurrió en la década de 1980 y desató una serie de acciones y enfrentamientos que se consideran algunos de las más sangrientos en la historia reciente de América Latina.
Abimael Guzmán y los inicios del PCP-SL
La figura más representativa del movimiento es Abimael Guzmán, quien era un profesor de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, ubicada en la provincia de Ayacucho. Al analizar la situación indígena de Perú ante los poderes políticos, Guzmán aplicó su interpretación del marxismo, el leninismo y el maoísmo, así como su perspectiva sobre los debates internacionales en torno al comunismo en la Unión Soviética y en China, entre otras cosas.
En el contexto electoral y político de la década de 1960, Sendero Luminoso no solo fue impulsado por el sector rural y el campesinado en sus distintas expresiones; sino que participaron de manera importante muchos jóvenes intelectuales universitarios. En inicio, las bases organizativas del movimiento fueron sentadas a través del Partido Comunista de Perú y la fracción roja.
Sendero Luminoso surgió formalmente después de una reunión que tuvo lugar en la Universidad de Huamanga, en Ayacucho y se constituyó desde el inicio como organización política de perspectiva marxista-leninista-maoísta.
Además de esto, algunos estudiosos del movimiento han analizado influencias intelectuales de los inicios del SL en relación con las teorías de Alain Touraine, Antonio Gramsci, José Arico, Sinesio López, José Nun, James Scott, entre otros. Algo que dichos autores tienen en común es la reivindicación de la agencia (del poder de los propios actores) en la transformación social y en los modelos y las estructuras históricas. (Coronel, 1996).
Algunos antecedentes y desarrollo de esta organización
Degregori (2016) distingue entre tres antecedentes fundamentales de las luchas armadas de Sendero Luminoso. Por un lado, el nacimiento de Sendero Luminoso como organización independiente entre 1969 y 1970. Por el otro, la decisión de tomar las armas que ocurrió entre 1976 y 1978. Y finalmente, el contexto nacional y las transformaciones que habían sido producidas por el gobierno reformista militar, a partir de 1970 y hasta la crisis de la década siguiente.
En dicha situación crítica, la región andina indígena había sido desprotegida y violentada por la dictadura militar del gobierno revolucionario de la fuerza armada, que duró de 1968 a 1980.
Terminando esta dictadura, en el año de 1980, Sendero Luminoso realiza el primer acto público de violencia: un incendio de anáforas y urnas electorales como forma de protestar ante la supuesta normalización hacia la democracia. Esto ocurrió en la provincia de Ayacucho, específicamente en el municipio de Chuschi, y a partir de entonces, el movimiento continuó ejerciendo actos públicos de violencia durante los siguientes 10 años. En este transcurso, el movimiento se militarizó (entre 1983 y 1986), lo que culmina con el despliegue de la violencia por todo el territorio los tres años siguientes.
Finalmente ocurre una transformación importante en la década de 1990, con la llegada al poder de Alberto Fujimori. En el año de 1992 Abimael Guzmán es arrestado y el movimiento deja las armas y se modifican drásticamente las acciones del SL, lo que actualmente se conoce como postsenderismo.
El momento en el que ocurre el levantamiento en armas fue crucial para la historia del país, ya que iniciaban los primeros meses de gobierno de las fuerzas armadas, se había nacionalizado el petróleo, y se avecinaba la discusión sobre las reformas para el sector del campo, entre otras cosas. En este contexto, el movimiento por la gratuidad de la educación impulsado por Sendero Luminoso daba una idea de las crisis regionales por las que atravesaba el campo.
Después de la guerra
Como es de esperarse, el enfrentamiento armado ha tenido muchas consecuencias desagradables en la zona andina de Perú. De acuerdo con Degregori (1996), además de la destrucción de la infraestructura y la pobreza generalizada de la región de Ayacucho, hubo cambios importantes en el campo en las zonas rurales de Huanta, La Mar y Cangallo, que son tres de las provincias más afectadas por la violencia.
Muchas personas se vieron obligadas a desplazarse de sus comunidades para evitar las desastrosas consecuencias de los enfrentamientos. Aquellos que se quedaron, tuvieron que reacomodar radicalmente sus estilos de vida.
Por ejemplo, una de las prácticas que se generaron para poder mantener la población en las zonas afectadas era la construcción de aldeas fortificadas en colinas o cerros. Los que no subieron a los cerros, tuvieron que fortalecer sus casas con estructuras que se asemejan a las murallas.
La tierra y el ganado también se vieron seriamente afectados. En conjunto, las condiciones de extrema precariedad acentuaron también las diferencias en la prosperidad que alcanzaban distintas regiones.
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