Dicen que la vida le da a algunas personas una segunda oportunidad para rectificar errores y enmendar caminos y eso fue lo que le sucedió diez años atrás a Jesús Dongo, quien hasta antes del accidente que casi le cuesta la vida junto a su hija, nunca había pensado en hacer algo por el prójimo.
Una colisión contra una pared cuando llevaba a su hija en una motocicleta le dio un giro de 180 grados a su vida. Durante una semana sus vidas pendían de un hilo; la niña tenía edema cerebral y a él, el golpe le había dañado internamente.
Sin embargo, según cuenta, un milagro los alcanzó, luego de hacer la promesa de ayudar a salvar otras vidas si lograban superar su crisis. En efecto, de una manera increíble, padre e hija se recuperaron pero no olvidaron la promesa de devolver el favor.
En ese marco surgió la idea de Vidawasi o Casa del Amor, un hospital que Dongo y su familia están construyendo en el Valle Sagrado de los Incas, en el Cusco, para brindar tratamiento a los niños enfermos de cáncer.
«Muchas veces uno se preocupa del desarrollo profesional y vive solo para eso y luego se va de esta vida sin haber hecho nada más. Nosotros entendimos con el accidente el sufrimiento de quienes no tienen asistencia médica y de sus familiares que sufren porque sus seres queridos no son curados», comentó.
La promesa de vivir para ayudar hizo que las dos hectáreas de terreno, ubicado entre Urubamba y Ollantaytambo, que iban a servir para un lujoso hotel se estén convirtiendo ahora en un hospital.
«Vidawasi es la plataforma perfecta a través de la cual podemos agradecer a Dios y devolver el milagro de vida que se nos concedió», afirma Dongo.
La idea es ya casi una realidad. La iniciativa del fundador de la institución consiste en una microciudad donde no solo se ofrecerá atención médica de alta calidad, sino también albergue para los familiares que lleven a sus niños a ser tratados.
También tendrá villas médicas, áreas de capacitación y servicios de telemedicina para atender los casos sospechosos de cáncer de cualquier parte del país.
Los creadores de la Casa del Amor no están solos en la quijotesca tarea que se han propuesto. Cuentan con el apoyo del Ministerio de Salud, del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas y de la cooperación internacional.
«En todo el mundo solo hay cuatro hospitales dedicados al tratamiento especializado del cáncer infantil y queremos que Vidawasi sea el quinto y además, la primera microciudadela dispuesta a brindar esos servicios», comentó.
La atención será gratuita con apoyo del Estado «y lo que éste no pueda cubrir, lo asumiremos con el soporte de la empresa privada y de la cooperación nacional e internacional».
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