La utilización de este adjetivo por Buxadé para defender la actuación de Grecia frente a la decisión del Gobierno turco de abrir el 1 de marzo la frontera terrestre ha sido objeto de una polémica alimentada, según el portavoz de la formación de Santiago Abascal, desde los medios de comunicación.
«Las imágenes de la policía griega defendiendo sus fronteras son imágenes hermosas de un pueblo defendiendo su libertad ante una agresión masiva y descontrolada», afirmó el también eurodiputado tres días después en un vídeo grabado ante la sede del Parlamento Europeo.
Unas palabras que ha mantenido en unas declaraciones en las que ha insistido en la necesidad de «contar la verdad» porque, según ha dicho, las personas contra las que se utilizan gases lacrimógenos «no son auténticos refugiados».
«Son personas que son trasladadas por el Gobierno de Erdogan en el ámbito de una negociación que tiene el Gobierno de Turquía con la Unión Europea para conseguir más dinero», ha manifestado y ha añadido que están siendo «instrumentalizadas» por Ankara y por las mafias de tráfico de seres humanos.
Se ha quejado además de que nadie se preocupe de los derechos de los ciudadanos de Lesbos ni de la afectación al turismo en la isla griega y a sus trabajadores, que trabajan en condiciones «deplorables» para defender la libertad.
«Esto es lo que yo he dicho, personalmente son personas que lo que tienen que hacer es cumplir la ley y no intentar entrar de forma violenta y forzosa en el espacio griego», ha insistido.
En su opinión, se trata de un «problema político» que «excede» a la Unión Europa y, por eso, se busca «la imagen lacrimógena» y no el origen.
Según el portavoz de Vox, la policía griega estaba protegiendo sus fronteras no frente a una población indefensa, sino «a la entrada violenta de determinados grupos». «Quienes lanzaron primero gases lacrimógenos contra la policía fueron esos falsos refugiados», ha zanjado.
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