Desde los balcones de los edificios limeños, desde las ventanas y desde las puertas de las viviendas, nos unimos una vez más con emoción y fe.
Pero esta vez no se trató de un entusiasta partido de fútbol con la bicolor en el pecho. Esta vez nos une un momento doloroso y difícil de nuestra historia, que nos pone restricciones, que nos recorta la libertad, que nos obliga a vivir en cuarentena para cuidar nuestras vidas y la de nuestros seres queridos.
Por eso, ese emocionante Contigo Perú que suele arrancarnos lágrimas tiene una trascendencia mayor. Ahora no es el grito de gol, ahora es la expresión más viva del agradecimiento a los médicos, enfermeras, policías, militares, bomberos y serenos que arriesgan su salud por todos nosotros.
Ese gesto fue también una forma de darnos aliento y esperanza y un llamado a no perder la fe de que vamos a salir de esto, que este momento es una prueba más del coraje que tenemos los peruanos para superar las tantas crisis que hemos vivido y de la cual, no hay duda, saldremos fortalecidos
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