Autoridades del Congreso recibieron con furia la medida y buscan tratarla rápido para introducir modificaciones profundas.
De acuerdo con el decreto, publicado en la noche del domingo, los empresarios tendrán derecho de dejar de pagar al trabajador durante el periodo en el que dure la suspensión contractual. Las empresas «podrán conceder una ayuda compensatoria mensual, sin naturaleza salarial», indicó el decreto.
La medida generó inmediatamente confusión, desconcierto y críticas por la desprotección que ocasionaría entre millones de trabajadores en el momento en que más lo necesitan.
Bolsonaro, sin embargo, al comentar la medida, dijo que «es una forma de preservar empleos». Además afirmó que los trabajadores cuyo contrato sea suspendido recibirán ayuda por parte del Gobierno durante los próximos cuatro meses.
«Aclaramos que el referido decreto, al contrario de lo que diseminan, resguarda la ayuda posible para los empleados. En vez de ser despedidos, el gobierno entra con ayuda en los próximos cuatro meses, hasta el regreso normal de las actividades del establecimiento, sin que exista despido del empleado», dijo en Twitter.
La columnista económica de O Globo Miriam Leitao dijo que en esta coyuntura el gobierno «ayuda a las empresas y fragiliza a los trabajadores». La senadora opositora Katia Abreu indicó que presentaría enmiendas al decreto, que requiere de aprobación legislativa después de 60 días de publicado para seguir teniendo vigencia.
El texto establece también que los empresarios tendrán la obligación de mantener el seguro de salud de los empleados durante el periodo que dure la interrupción del contrato y deberán de ofrecer cursos de formación
El decreto publicado por el Gobierno también prevé otras medidas, como la posibilidad del teletrabajo, la anticipación de las vacaciones individuales, la concesión de vacaciones colectivas y el establecimiento de un banco de horas para ser compensado una vez finalice la crisis sanitaria.
Bolsonaro ha expresado en reiteradas ocasiones su temor sobre las consecuencias económicas que la crisis sanitaria tendrá sobre la maltrecha economía brasileña y ha criticado a los gobiernos regionales que han decretado el cierre de comercios o la suspensión de misas y cultos
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