El número total de personas infectadas actualmente es de 73.880 y se registran 3.851 más que ayer, mientras que el pasado día 27 el aumento había sido de 3.651 enfermos más y en total se ha llegado a los 97.689 contagiados desde el pasado 20 de febrero cuando se detectó el primer caso.
Y resultan curadas 13.030 personas, 643 en el último día, según informó el jefe de la Protección Civil italiana, Angelo Borrelli, en su rueda de prensa diaria.
El dato de los contagios demuestran que la tendencia hoy no baja, pero se mantiene estable y mucho depende del número de pruebas que se han realizado.
Mejora la situación en Lombardía, la región italiana más afectada, que hoy registró 416 fallecidos y son 6.360 en total, y se trata de 126 muertes menos respecto a ayer.
Además los casos de contagio fueron 1.592 respecto a los 2.100 de ayer y se alcanzan los 41.007, según explicó el consejero de Sanidad de Lombardía, Giulio Gallera, quien explicó que las medidas de confinamiento están funcionando, pero no hay que relajarse y hay que seguir cumpliendo las normas.
Pero además las hospitalizaciones son cuidados intensivos han sido sólo 9 y se han dado de alta a 9.145 personas.
La preocupación del Gobierno tras la alarma de algunos regidores se centra en el impacto económico que la pandemia está teniendo en el país y sobre todo la atención está en el sur.
“Tengo miedo de que las preocupaciones de amplias franjas de la población por la salud, la renta y el futuro, conforme se alargue la crisis se transformen en rabia y en odio. Hay áreas sociales y territorios frágiles”, había advirtió el ministro para el Sur, Peppe Provenzano, en un entrevista.
Pocas horas después, el presidente del Gobierno italiano, Giuseppe Conte, anunciaba que anticiparía 4.300 millones de euros del fondo de solidaridad a los ayuntamientos y destinará otros 400 millones para que los municipios los dediquen a ayudar con vales de compra a las personas que debido a la pandemia están sufriendo problemas económicos.
El presidente de la región de Sicilia, Nello Musumeci, aseguró después de que se produjo un caso de un asalto a un supermercado que “no se están produciendo episodios de violencia generalizada”, pero que después de que cientos de empresas, con trabajadores con contratos precarios, se han cerrado, es necesario “desactivar esta bomba”.
“Hay una emergencia social, hay focos de sufrimiento con el riesgo de que la incomodidad se convierta en ira y la ira se convierta en violencia”, afirmó por su parte el alcalde de Palermo, la capital siciliana, Leoluca Orlando.
El alcalde recordó que en los últimos días las familias pobres asistidas por la administración han pasado de 600 a 2200. “Es necesario que estos fondos se distribuyan inmediatamente a los municipios para no dejar a los alcaldes solos para enfrentar esta emergencia social”, agregó.
Por su parte, el presidente de la región de Campania, cuya capital es Nápoles, Vicenzo De Luca, expresó en una carta a Conte que “se esperan una mayor contribución” porque “es indispensable conceder ayudas a los ciudadanos en dificultad y a los sectores a los que el prolongarse de la crisis pesa de manera dramática”.
“A veces se trata sólo de garantizar el pan a esta pobre gente”, dijo De Luca.
Los 400 millones serán repartidos en vales de compra de 25 euros en alimentos entre las personas que lo pedirán a las diferentes asociaciones que se ocupan de solidaridad.
El alcalde de Palermo, Leoluca Orlando, también advirtió hoy en una entrevista sobre el riesgo de que la mafia pudiera infiltrarse ante estos fenómenos y recordó “los tiempos en que los trabajadores despedidos de las compañías de la mafia salieron a las calles de Palermo alabando a la mafia que dio trabajo”.
El jefe de la Policía italiana Franco Gabrielli y el director central anticrimen de dicha institución, Francesco Messina, ha enviado un informe en el que advierten de la posibilidad de que aumenten las infiltraciones de la mafia en la economía italiana en estos momentos en los que los empresarios se encuentran en dificultades
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