La trujillana Liz Dávila Ávila consiguió un contrato que vencía en junio de este año para trabajar como mesera del comedor principal del crucero Mariner of the Seas, de la compañía más importante del mundo, Royal Caribbean International.
Al desplegarse por todas partes la epidemia de coronavirus, el 16 de marzo la empresa decidió suspender todas sus actividades. Desde entonces, Liz Dávila se encuentra encerrada en una cabina del navío en altamar. La embarcación se encuentra en el Atlántico, entre Miami y las islas Bahamas.
Los directivos de la compañía anunciaron que el 11 de abril retornarían a sus actividades, pero debido al incremento del número de enfermos en un centenar de país, decidieron prolongar la medida hasta el 11 de mayo. Fue una mala noticia para Liz Dávila, de 35 años, y otros 10 peruanos que la
Liz Dávila Ávila de 35 años, natural de Trujillo, se encuentra confinada en una cabina del crucero Royal Caribbean International, donde labora como mesera. Ella al igual que otros diez peruanos se encuentran varados en alta mar del Atlántico entre el archipiélago de Bahamas y Miami.
“Hace dos semanas que nos encontramos navegando en altamar sin poder regresar a nuestro país, desde que el gobierno de nuestro país decidió cerrar las fronteras debido al coronavirus. Entendemos la situación, pero también tenemos familiares que necesitan de nosotros. Yo tengo una niña de un año que me espera en casa en Trujillo y no puedo estar con ella por el estado de emergencia,” manifestó, angustiada
«Desde el 16 de marzo no tenemos pasajeros abordo. Solo están las personas que trabajan y los tripulantes que son aproximadamente 900 de diferentes nacionalidades”, relató la trabajadora peruana.
El Mariner of the Seas cuenta con 1,674 cabinas para pasajeros.
“Lo bueno es que la compañía nos brinda todas las facilidades como alojamiento, desayuno y almuerzo, pero no estamos tranquilos porque el capitán de la nave nos ha confirmado que hay dos personas que posiblemente tengan el coronavirus, por lo que ha dispuesto que no salgamos para nada a la plataforma”, detalló Liz Ávila
“Por medidas de seguridad ahora estamos confinados en una cabina o habitación de los pasajeros. Prácticamente estamos encerrados, no salimos para nada. Solo para recoger nuestros alimentos que son dejados en la puerta de cada cabina”, afirmó.
Nuestra compatriota dijo que ella fue a trabajar como mesera del comedor principal del Royal Caribbean International con un contrato de seis meses que vencía en junio de este año, pero debido al COVID-19 su situación la de ella como de otros compatriotas se ha complicado.
Explicó que las oficinas de la compañía de cruceros se ubica en Puerto Cañaveral, Florida, Estados Unidos, y que la última vez que ancló fue el 26 de marzo en Miami, solo para abastecerse de productos y nuevamente retornar a altamar.
Los otros 10 peruanos prefirieron no relatar sus historias, dijo Liz Dávila.
“Señor presidente ayúdenos a volver a nuestros hogares. Así como yo, hay decenas de peruanos que trabajan en otros cruceros que están en altamar y no pueden regresar a nuestro país”, expresó.
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