«El lado chino aguarda una declaración oficial del lado brasileño sobre las palabras del ministro de Educación, miembro del Gobierno brasileño. Somos conscientes de que nuestros pueblos están del mismo lado para resistir a las palabras racistas y salvaguardar nuestra amistad», afirmó el embajador de China en Brasilia, Yang Wanming, al endosar en Twitter la protesta oficial de la embajada.
La discordia fue causada por una publicación en Twitter en la que Weintraub, usando como portavoz un personaje popular de dibujos animados en Brasil, da a entender que la pandemia del coronavirus forma parte de «un plan infalible» de China para dominar el mundo.
«¿Geopolíticamente, quien podría salir fortalecido, en términos relativos, con esta crisis mundial? ¿Podría ser Cebolinha (personaje de la tira animada)? ¿Quiénes son los aliados en Brasil de ese plan infalible de Cebolina para dominar el mundo?», preguntó Weintraub.
Cebolinha, uno de los personajes infantiles de la popular tira «Pandilla de Mónica», tiene problemas de dicción y por lo general cambia la «R» por la «L», algo que los brasileños atribuyen en burla a los chinos cuando intentan hablar portugués.
El ministro borró el mismo domingo su comentario tras ser advertido del malestar con China, donde surgió el coronavirus y que es el principal socio comercial de Brasil y una de las principales fuentes de inversión extranjera en el país.
Se trata de la segunda crisis semejante con China en menos de un mes luego de que el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, acusara al gigante asiático de ser responsable por la expansión del coronavirus.
En su protesta oficial, igualmente publicada en Twitter, la embajada de China aseguró que el ministro, «ignorando la posición defendida por la parte china en diversas gestiones, hizo declaraciones difamatorias contra el país en las redes sociales y estigmatizó a Pekín al asociarlo al origen de la COVID-19».
«Deliberadamente elaboradas, tales declaraciones son totalmente absurdas y despreciables, tienen un cuño fuertemente racista y objetivos indecibles, y han causado influencias negativas en el desarrollo saludable de las relaciones bilaterales», agrega la nota.
En su comunicado, la delegación diplomática manifestó «fuerte indignación y repudio a la actitud» del ministro e instó a «algunos individuos en Brasil» a corregir «inmediatamente los errores cometidos y a suspender sus acusaciones infundadas contra China».
En marzo pasado, el diputado Eduardo Bolsonaro acusó a China de haber generado la actual crisis por la propagación del coronavirus.
Según el hijo del mandatario, que ha oficiado como consejero del gobernante en asuntos internacionales y llegó a ser propuesto como embajador de Brasil en Washington, la «dictadura» china «prefirió esconder algo serio que exponerlo temiendo desgaste, pese a que salvaría innumerables vidas. (…) La culpa es de China y la libertad sería la solución».
Pese a que el embajador de China manifestó «repudio» e «indignación» por las declaraciones de Eduardo Bolsonaro y exigió disculpas, ni el diputado ni la Cancillería brasileña lo hicieron.
El ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Ernesto Araújo, aclaró que Eduardo Bolsonaro no representa al Gobierno brasileño y exigió una retractación del embajador por su enérgica reacción a las declaraciones del hijo del presidente, que consideró «inaceptable».
Jair Bolsonaro, por su parte, prefirió bajarle el tono a la polémica y aseguró que las declaraciones de su hijo no habían causado ninguna crisis diplomática y que había conversado con las autoridades chinas sin que el asunto hubiese sido mencionado.
China es desde 2009 el principal socio comercial de Brasil y una de las principales fuentes de inversión extranjera en el país. Según datos oficiales, el comercio bilateral aumentó de 3.200 millones de dólares en 2001 a 98.000 millones de dólares en 2019
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