Jair Bolsonaro salió este domingo a las calles para participar en un mitin con sus seguidores, sin portar mascarilla y rompiendo las medidas de distanciamiento social a pesar de que los casos de coronavirus ya superaron los 360 mil en su país, con más de 16 mil muertes. El presidente de Brasil llegó a la concentración afuera del palacio presidencial en Brasilia con una mascarilla blanca, pero muy pronto se la quitó para saludar a la multitud, estrechar manos y abrazar a sus seguidores. En un momento incluso cargó a un niño pequeño sobre sus hombros.
La concentración tuvo lugar en momentos en que Brasil se ha convertido en el nuevo epicentro de la pandemia. Con 363 618 casos confirmados hasta este domingo 24 de mayo, Brasil ahora es el segundo país con más número de infectados en el mundo, solo detrás de Estados Unidos y por delante de Rusia, España o Italia. Además, el país sudamericano registra, de manera oficial, 22 716 muertos por la COVID-19, mientras que expertos consideran que la falta de pruebas de descarte sugiere que las cifras probablemente son mucho más altas.
Crece la polémica
Jair Bolsonaro ha comparado el virus con una «gripecita» y argumenta que las medidas para quedarse en casa están dañando de manera innecesaria a la economía. Este domingo, sonrió mientras sus partidarios le gritaban:»¡Leyenda!» y «¡El pueblo te apoya, Bolsonaro!». Aunque todavía tiene una sólida base que lo apoya – cerca del 30% de los votantes, de acuerdo con encuestas -, el presidente enfrenta una gran cantidad de críticos por su manejo de la crisis del nuevo coronavirus, y por una explosiva investigación que busca aclarar si obstruyó a la justicia al tratar de proteger a su familia de indagatorias de la policía.
La investigación dio un giro sorprendente el viernes cuando Celso Mello, el juez de la Corte Suprema que la ordenó, publicó un video de una reunión de gabinete del 22 de abril que los investigadores han estado analizando en busca de pruebas. En el video, Jair Bolsonaro y sus ministros lanzan insultos a gobernadores de estados, hablan de encarcelar a jueces de la Corte Suprema y apenas mencionan la pandemia del coronavirus en un momento en que se estaba convirtiendo en una bola de nieve en Brasil.
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