El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, celebró este domingo la llegada a aguas del país del primero de cinco buques enviados por Irán con combustible, advirtiendo que no se va a «arrodillar» ante Estados Unidos, que rechaza los vínculos entre Caracas y Teherán. «Ha llegado el barco Fortune, el primero de cinco barcos que traen gasolina y traen insumos para hacer gasolina en Venezuela» por «un acuerdo integral de cooperación», dijo el gobernante socialista durante una alocución transmitida por la televisión estatal VTV.
Venezuela e Irán «somos dos pueblos pacíficos que lo que queremos es nuestro propio desarrollo, dos pueblos rebeldes, dos pueblos revolucionarios, que no nos vamos a arrodillar jamás ante el imperialismo norteamericano», expresó Nicolás Maduro. El gobierno iraní había advertido que habría «consecuencias» si Estados Unidos, su principal enemigo desde hace cuatro décadas, bloqueaba las embarcaciones, que según reportes de prensa transportan 1,5 millones de barriles de combustible.
Altos funcionarios estadounidenses han expresado «preocupación» por el «papel cada vez mayor» de Irán en Venezuela. «Tenemos derecho a comerciar libremente (…), intercambiar productos, comprarnos productos, vendernos productos», respondió Nicolás Maduro. El arribo de los buques coincide con una severa escasez de combustible.
El tanquero Fortune planea navegar hasta la refinería El Palito, en Puerto Cabello (estado Carabobo, norte), la mayor del país, semiparalizada por el derrumbe de la industria petrolera venezolana. La llegada del resto de los buques iraníes que espera Venezuela (Forest, Petunia, Faxon y Clavel) se producirá en los próximos días. «Venezuela tiene amigos en el mundo y amigos valientes», manifestó Maduro al agradecer el apoyo del presidente de Irán, Hasan Rohani, y al ayatolá Alí Jamenei.
Venezuela produce poco más de 600 000 barriles de crudo diarios según la OPEP, un quinto de lo que colocaba en el mercado hace una década. El gobierno chavista vincula el colapso petrolero con sanciones impuestas por Estados Unidos, pero la cifra venía en caída libre antes de las restricciones, lo que expertos atribuyen a erráticas políticas, falta de inversión y corrupción.
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