Atrás quedaron los días en que el emporio comercial e industrial de ropa más grande de Sudamérica, Gamarra, ubicado en La Victoria, era visitado por 120 mil personas al día. Casi como un recuerdo los fines de semana en que una tienda podía lograr ventas por más de 10 mil soles.
La pandemia por el nuevo coronavirus cambió todo en el corazón del conglomerado de pequeños productores textiles. El cierre de tres meses generó que toda la campaña de marzo a julio, valorizada en 3 mil millones de soles, se pierda. Aún no se sabe lo que pasará en lo que queda del año, pero la esperanza es poca.
Daniel Tanta llevaba tres años en Gamarra cuando comenzó la emergencia sanitaria. Tuvo que mudar su taller de confección a su casa mientras que la tienda en La Victoria seguirá cerrada – cuenta -, hasta lograr un acuerdo con el dueño de la galería quien le exige el pago por los meses que no abrió.
“No están ingresando clientes y además la galería nos exige pagar 500 soles mensuales, sin incluir el mantenimiento, pese a que estuvimos cerrados. Es por eso por lo que justamente hemos decidido no abrir, porque hay que sumarle los certificados del protocolo, el costo de las pruebas Covid; nuestras ventas han caído en un 90%”, dice Tanta.
Según Susana Saldaña, coordinadora de Empresario de Gamarra, “cada día se van unas 50 microempresas con sus cosas” del Damero. – “Antes podías ver una galería con sus 200 tiendas abiertas, ahora solo abren 20. Hay varios problemas que ya lo hemos reportado y que hacen que solo estemos operando a un 30%”, agregó en diálogo con La República.
Mejorar los accesos
Debido a los protocolos de seguridad, el acceso a Gamarra se ha complicado. Cruzar del Damero A, donde se ubican los almacenes de telas, hacia el Damero B, donde está los talleres, es imposible. “Y si quiero hacer delivery, abría que pasar por el tráfico de Huánuco”.
Pero incluso antes de entrar a Gamarra los clientes ya se toparon con los cientos de ambulantes que se han ubicado en los exteriores. “Cuando se anunció la reapertura de Gamarra el 16 de junio, se dijo que los ambulantes desaparecerían, pero no sucedió; y el comercio ambulatorio es competencia desleal. De nada sirve que nosotros tengamos los protocolos cuando afuera no hay cuidado o control”, reclamó Saldaña.
Según el gremio, se ha enviado cartas al alcalde de La Victoria, George Forsyth; así como al -hasta hace poco- ministro de la Producción, José Salardi, para mejorar el plan de acceso y reactivación del emporio; sin embargo, no ha habido respuesta. “Nos están dejando morir”, dice uno de los dirigentes más antiguos de Gamarra, Diógenes Alva.
“Yo le diría al gobierno que no nos deje morir a las micro y pequeñas empresas porque somos la economía mas fuerte. Si seguimos así, encerrados, que no dejan entrar a los proveedores o compradores, lo que están haciendo es dejar morir una lucha de años y de arduo trabajo tirado a la borda”, aseveró.
En febrero pasado Gamarra cumplió 58 años albergando – según el INEI- a 31 mil 987 microempresarios y unos casi 100 mil trabajadores. Para diciembre, se proyecta que solo el 50% de los empresarios continúe. Según Saldaña, además, el emporio dejaba al Estado, cada año, más de 500 millones de soles en tributos, “pero este año es posible que eso también se pierda”, anota.
Algunos se reinventan
Si bien para Saldaña y Alva la plataforma digital que Gamarra lanzó para generar mayor llegada al público hoy solo representa el 5% del total de sus ventas; para algunos microempresarios, la única forma de ganarse la vida y no dar por perdida la campaña es a través de sus redes sociales.
Esa es la experiencia de Daniel Tanta. “En la galería donde yo trabajaba más del 60% se habrá ido. Hoy cada uno está bailando con su pañuelo y algunos hemos optado por fortalecer nuestra marca en las redes sociales. Por ahí me están llegando algunos clientes nuevos, hemos tenido que invertir en cámaras para las fotos de nuestros productos, hablar con figuras del espectáculo para que nos ayuden a promocionar nuestra ropa”.
Pese a la decepción que tiene del Gobierno – pues considera que los créditos de Reactiva Perú y FAE-Mype solo ha llegado a medianas y grandes empresas – señala que “ellos tienen que ver cómo salvarse”. Frente a eso está alistando junto con otros empresarios realizar una feria “que vaya de distrito a distrito, y así generar más ventas”.
Comprar peruano
Para la dirigenta de Gamarra, Susana Saldaña, hay cuatro puntos claves que el gobierno debe evaluar ahora si quiere evitar que el 50% de las empresas quiebre a fin de año: otorgar créditos focalizados, entendiendo la industrial textil y las ventas por campaña; que el 70% de las compras que realice el Estado sea a las microempresas del país; así como garantizar la competencia leal – pues durante la pandemia entró más de 45 millones de dólares en prendas extranjeras -; y, finalmente, “nos ayuden con el ordenamiento del emporio”.
“Son 58 años construidos por cientos de provincianos que lograron crecer en Gamarra, no podemos dejar que en unos meses más todo se quiebre”, dicen los comerciantes.
Estrella Digital