Para el ataque se presume que se usó un proyectil Katyusha contra la sede de la compañía británica G4S, que brinda servicios de seguridad para el aeropuerto de Bagdad, en el barrio de Al Qadisiya cerca de la Zona Verde de Bagdad.
No se aclara el estado de los heridos pero se indica que el proyectil causó además daños materiales en el edificio de la compañía.
Hasta el momento ningún grupo se ha responsabilizado del ataque.
Los ataques con katiushas y otro tipo de artefactos se han multiplicado desde que EE.UU. matara al comandante iraní Qasem Soleimaní en un bombardeo selectivo en Bagdad la madrugada del 3 de enero.
En marzo, las fuerzas de seguridad iraquíes enviaron un inusual mensaje a los que consideran «forajidos» que suelen lanzar katiushas contra instalaciones militares y sedes diplomáticas pidiéndoles que se dedicaran a trabajar para frenar la propagación del coronavirus.
«Si están interesados en la seguridad del país, sería mejor que ayudaran en la lucha contra la epidemia en lugar de satisfacer sus intereses con estas acciones que no ayudan», dijo la Célula de Información de Seguridad
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