jueves, noviembre 21, 2024
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Tensión entre China y Australia por el arresto de una periodista

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Cheng escribió su último mensaje en redes sociales el pasado día 12, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Australia fue informado de su detención dos días después y sus funcionarios pudieron hablar con ella por videoconferencia el día 27 para confirmar que se encuentra en buen estado, pero no confirmaron la noticia públicamente hasta el pasado lunes.

El perfil de Cheng ha sido borrado de la página oficial de CGTN y la periodista se encuentra actualmente bajo ‘vigilancia residencial en una ubicación determinada’, un sistema recogido en la ley china que permite a las autoridades mantener a una persona retenida durante seis meses sin presentar cargos formales y sin otorgarle acceso a un abogado.

La ONG pro derechos humanos Safeguard Defenders considera que Cheng, madre de dos hijos de 8 y 10 años, es una de los cientos de personas que el régimen chino hace desaparecer cada año.

No en vano, su caso coincide con la presentación del informe ‘Represión desenfrenada’, en el que la organización calcula que unas 30.000 personas han sido víctima de este sistema de desapariciones forzosas sin cargos, utilizado para silenciar a activistas y disidentes, desde que fue puesto en marcha en 2013. Chen Qiushi, un abogado convertido en ‘periodista ciudadano’ que viajó a Wuhan al inicio de la pandemia del coronavirus «para desenmascarar la verdad sobre el coronavirus», también lleva más de 200 días desaparecido.

Al respecto de Cheng, la portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores de China, Hua Chunying, afirmó el martes que no tiene información al respecto y se limitó a añadir que «China es un Estado de Derecho en el que actuamos de acuerdo con la ley». No obstante, la detención de la periodista puede convertirse en un nuevo foco de tensión en las dañadas relaciones entre China y Australia. Ambos países mantienen abiertos diferentes frentes en un conflicto que va desde lo diplomático hasta lo económico y que tiene un notable efecto en el país oceánico porque el gigante asiático es su principal socio comercial.

Consciente de eso último, el diario oficialista ‘Global Times’ publicó el martes un artículo de opinión que deja pocas dudas al respecto de la posición china: ‘Dañar las relaciones con China conllevará consecuencias que Australia no se puede permitir’, tituló el rotativo ultranacionalista chino en su tradicional estilo amenazante. No obstante, el ministro de Comercio australiano, Simon Birmingham, afirmó en una entrevista radiofónica que su país «hará todo lo posible para asistir» a Cheng, una profesional a la que conoce personalmente porque fue entrevistado por ella en uno de sus viajes oficiales.

Safeguard Defenders sostiene que detenciones como la de Cheng equivalen al secuestro de ciudadanos extranjeros con fines diplomáticos, y recuerda el caso de los dos Michael canadienses acusados de espiar. A ellos los considera víctima de otro conflicto que enfrenta a Pekín y Ottawa desde que Canadá ordenó el arresto de la vicepresidenta de Huawei, Meng Wanzhou. Por su parte, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) recuerda que China es el país que más informadores tiene entre rejas: al menos 48. «China debe aclarar si su detención está relacionada con el trabajo que desempeña Cheng», ha exigido Steve Butler, coordinador de los programas del CPJ en Asia

Estrella Digital

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