Este martes se cumplirán seis meses desde que la emergencia nacional comenzó en el país y cambió los planes de los empresarios, especialmente de los pequeños y medianos. Y pese a que muchos de ellos lograron reactivarse luego de más de tres o cuatro meses de cierre, su nivel de ventas, a la fecha, no llega ni al 50 % de lo que alcanzaban antes de la pandemia. Una crisis más, como el enfrentamiento actual entre el Congreso y el Ejecutivo, podría arrastrarlos a la quiebra, advierten las Mypes.
Oportunidad pese a crisis
Justamente, la empresaria maderera Lady Gutiérrez, del Grupo KLC Perú Sac, ubicado en Villa El Salvador -que tras el reinicio de sus operaciones ha tenido que innovar en los servicios que ofrece para no arrastrar más deudas-, afirmó que “si a la crisis económica y sanitaria se suma una incertidumbre política, el país se sumirá en un riesgo constante, ahuyentando las inversiones»
Según Gutiérrez Torres, tuvo que recurrir al programa Reactiva Perú para cubrir los gastos de implementación de los protocolos sanitarios “y también para pagar a algunos proveedores”. “Ahora tenemos que ofrecer hasta carpintería, ya que la mayoría de familias se encuentra en casa tratando de remodelar sus espacios”, contó a este diario.
En tanto, desde San Juan de Miraflores, Efraín Alva, dueño de Qaya, tuvo que usar sus ahorros para que su empresa no desaparezca. Mantener su taller de confección de calzado y mascarillas hechas de piel de paiche con protección de micro fibra de cobre, no solo es importante para su sustento y el de sus tres ayudantes, sino, también, para varias familias de la selva que son sus proveedores.
“Recurrimos a cuatro bancos para acceder a Reactiva Perú o FAE-Mype. En todos nos preguntaban si éramos clientes. Como no lo éramos, no calificamos”. Sin embargo, otras oportunidades se abrieron pese a la pandemia y el cierre de las fronteras. “Hemos logrado enviar mascarillas a Europa y estamos por mandar mascarillas de muestra a México por primera vez”, dice el empresario.
Pero Alva también señala que su venta a nivel local ha bajado en el último mes. “Vendíamos mil mascarillas y ahora a las justas llegamos a 40, por eso no queremos perder los clientes de fuera, pero los trámites son engorrosos”, sostiene.
“Lo que está sucediendo políticamente generará una gran inestabilidad. Si hay vacancia, van a cambiar a los ministros, quizá el nuevo ministro de Producción venga con nuevas ideas y ya no le interesen los artesanos”, reflexiona Alva con preocupación,por lo que exhorta a los poderes del Estado a velar por la economía del país.
Lento despertar
Ángel Urpeque reabrió su restaurante Bolívar en la fase 1 de la reactivación económica. Cinco meses después, asegura que la situación está dura.
“Estoy al 30 % de mi capacidad total, vendiendo al día entre S/ 800 y S/ 1.200. He tenido que ajustar mis precios para competir con grandes cadenas o los informales, y trabajando de lunes a domingo en esta situación difícil para cubrir los gastos mensuales que ascienden a S/ 27 mil. Hay meses en los que llego raspando la olla y otros en los que tengo que recurrir a más ahorros”, explica.
“Habitualmente, los fines de semana recibíamos hasta 400 personas y ahora a lo mucho 40”, alega.
Con la reciente tensión política y las secuelas que conlleve –como el retraso de la última fase de reactivación–, Urpeque señala que “su negocio no puede caer más de lo que ya cayó”, pero condena que “justo cuando sacábamos (los emprendedores) la cabeza, se genera más incertidumbre”.
“Mi única política es mi trabajo. Y, en lo personal, la cuarentena obligatoria los domingos me ha resultado útil para explotar el delivery. Nadie nos está matando, como dice la señora Blanca Chávez (Ahora), lo que nos golpea es la crisis sanitaria mundial”, finaliza.
Un millón de Mypes
Según Daniel Hermoza, vicepresidente de la Asociación Pyme Perú, cerca de un millón de Mypes a nivel nacional volvieron a operar, “pero no llegan ni al 50 % de su capacidad productiva ni márgenes de ganancia, ya que lastran deudas como pagos de alquiler, proveedores, personal y servicios”, indicó.
Y es que los negocios están reabriendo para no “morir”, pero la demanda continúa deteriorada. Incluso terminaría el año con una contracción de -12,8 %, casi en línea con la caída de la economía para este 2020 (-12 %), como lo ha proyectado el Gobierno.
Así, las familias han priorizado artículos de primera necesidad ante la falta de empleo y menores ingresos, refiere el representante del gremio.
Lo anterior se refleja en una reciente encuesta publicada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en la que se revela que solo el 75,5 % de las empresas en Lima se han reactivado, pero de ellas, un 67,4 % -6 de cada 10 empresas- sufre por los bajos ingresos, y hay otro 11% que no registra ventas. La situación aún es crítica.
Ello sin sumar que hay otro millón de empresas formales en el país dedicadas al rubro turístico, que no abren desde el 15 de marzo, cuando comenzó la pandemia.
Para Hermoza, el remezón político de los últimos días por las pugnas entre el Congreso y el Ejecutivo congelará aún más los proyectos de ley que se tenían en agenda a favor de las Mypes.
Por ejemplo, el proyecto de ley que busca bajar la valla de electricidad para que las Mypes accedan al mercado libre o la que mejora programas como Compras a MYPErú. “Sin contar que hasta 1.500 empresas por día están yéndose a la informalidad o no volverán a abrir. No pueden ser indolentes con este juego de tronos”, enfatizó.
Por el momento, se espera que este lunes 14 se realice una nueva sesión del Grupo de Trabajo para la Reactivación Económica, luego de varias reuniones suspendidas. “Este lunes se debe revisar por qué el Gobierno no amplía los aforos de los restaurantes de 40 % a 60 % y cómo se empezarán a implementar los vuelos internacionales y las nuevas actividades de la fase 4. Esperemos que no se cancele”, señaló Miguel Vega Alvear, que integra dicho grupo.
Datos
Panorama. El 92,5 % de las empresas en Lima enfrentó problemas para reactivarse debido a la pandemia, según la encuesta del INEI.
Créditos. El 35,9 % de las empresas que no logró acogerse a Reactiva Perú o FAE-Mype sostuvo que los trámites y/o requisitos son excesivos o incluso no saben cómo acceder.
Expectativa. Hasta agosto, los empresarios tenían esperanza de recuperar sus ventas en 12 meses.
Estrella Digital