Tras el desayuno informal de los ministros con la líder opositora bielorrusa, Svetlana Tijanovskaya, el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, ha mostrado su apoyo a la causa prodemocrática en Bielorrusia, ante el deterioro de la situación en el país que vive semanas de represión violenta.
«Vamos a discutir cómo apoyar a la población civil y cómo proceder con las relaciones con Bielorrusia en una situación en la que no reconocemos a Lukashenko como el presidente legítimo», ha explicado a su llegada al Consejo de Asuntos Exteriores.
El jefe de la diplomacia ha reiterado que la UE apoya el diálogo interno en Bielorrusia que pueda culminar en unas elecciones libres y justas. «Esto no puede verse como una interferencia en temas nacionales. La democracia y los Derechos Humanos están en el corazón de la identidad europea», ha resumido tras verse con Tijanovskaya.
La ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Arancha González Laya, ha apuntado que la opositora ha pedido un apoyo claro de la Unión Europea a la democracia y a los Derechos Humanos en Bielorrusia, algo que «España va a defender totalmente» en la reunión a Veintisiete que se celebra en Bruselas.
En la misma línea el ministro de Exteriores lituano, Linas Linkevicius, ha reclamado que la UE emita un mensaje de apoyo «claro y tangible», que pasa por aprobar sanciones contra las autoridades de Minsk y respaldar a la sociedad civil bielorrusa y la prensa libre.
Pese a que el acuerdo político se alcanzó hace semanas, las sanciones contra Minsk se encuentran estancadas en el Consejo de la UE, ante las reticencias de Chipre, que exige medidas similares contra Turquía por su actitud beligerante en el Mediterráneo oriental. «Esperamos que se aprueben sanciones claras y tangibles y que la UE no siga en este limbo y que no se hagan rehenes», ha insistido Linkevicius, en referencia a la posición de Nicosia.
De su lado, el ministro de Exteriores de Chipre, Nikos Christodoulides, ha negado a su llegada que exista dicho bloqueo por parte de la isla. «Nuestros valores y principios no puede ser a la carta. Tienen que ser coherentes. Creo que no hay ningún bloqueo en diplomacia, por eso estoy aquí listo para aplicar la decisión política que alcanzamos en la reunión informal de Berlín», ha explicado. Lo cierto es que las sanciones en Bielorrusia están pendientes del visto bueno de Chipre, mientras el Alto Representante, que no ha mencionado las restricciones durante su intervención, esperaba tenerlas preparadas para esta semana.
Ante el ‘impasse’ en el Consejo de la UE, Polonia, Rumanía y Lituania han emitido este lunes una declaración conjunta en la que reiteran que el bloque europeo debe dar pasos a favor de la causa democrática en la antigua república soviética y proponen un paquete económico de medidas concretas.
En particular, instan a liberalizar los visados, promover el comercio con la UE y respaldar el acceso de Bielorrusia a la Organización Mundial del Comercio. Además, piden acompañar reformas económicas en Bielorrusia, ayudar a la diversificación del sector energético bielorruso, incrementar la presencia de instituciones financieras internacionales y aumentar las inversiones en el país.
Según ha indicado el ministro rumano de Exteriores, Bogdan Aurescu, la UE tiene el «deber» de apoyar el esfuerzo de la sociedad civil bielorrusa en su ambición de contar con una democracia moderna. «Apoyamos las sanciones y queremos ver la adopción cuanto antes», ha señalado
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