El Gobierno de Dinamarca llegó a un acuerdo con aliados de centroizquierda para desenterrar a más de cuatro millones de visones sacrificados por una mutación del coronavirus.
Gran parte de los mamíferos fueron incinerados; sin embargo, el Gobierno autorizó que habilitaran dos fosas comunes en instalaciones militares, ubicadas al oeste de Dinamarca, para acelerar el proceso.
Hace semanas fueron difundidas imágenes de cientos de animales saliendo a la superficie por efecto de los gases. Trascendió que algunos visones habían sido enterrados a menos de 300 metros de distancia de un lago, requisito exigido por los protocolos medioambientales. El incidente provocó quejas de la mayoría del Parlamento danés.
Autoridades medioambientales estiman que no hay peligro de contaminación del agua. El Gobierno y sus aliados anunciaron que van a desenterrar a los visones dentro de seis meses, cuando ya no haya riesgo infeccioso y puedan ser incinerados como basura industrial.
Los funcionarios consideran que el proceso se desarrollará entre finales de mayo y mediados de julio. Las autoridades informaron que tiene un costo estimado de 80 millones de coronas danesas (unos 11 millones de euros).
Escándalo
El 26 de noviembre, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, se disculpó por la dura decisión que tomó el Gobierno de Dinamarca al sacrificar millones de visones de criaderos para controlar una mutación peligrosa del coronavirus.
“No tengo el menor problema en disculparme por el curso que tomaron los acontecimientos, puesto que se cometieron errores”, dijo Frederiksen entre lágrimas.
La primera ministra se detuvo varias veces en la entrevista para secar sus lágrimas y aseveró que la culpa no correspondía a los criaderos.
La controversia que se generó en Dianamarca tuvo amplia cobertura informativa y una tormenta política que terminó con la dimisión del exministro de Agricultura, Mogens Jensen.
L.N.