El coronel retirado Manuel Morato, ex agregado militar en Rusia, cree que Europa y Estados Unidos le han dado al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, unas garantías que le hacen continuar una guerra que militarmente tiene perdida, y se muestra convencido de que la desaparición de Vladímir Putin no sería la solución. «Se puede lograr la paz negociando», afirma.
Morato, agregado militar para Rusia y Ucrania en la Embajada de España en Moscú entre 2004 y 2008, analiza en una entrevista con EFE las claves de la invasión rusa de Ucrania que se prolonga ya casi cuatro semanas.
P.- Ucrania ha rechazado el ultimátum ruso sobre Mariupol, una ciudad estratégica para los planes del presidente ruso, Vladímir Putin, de abrir un corredor que cierre el acceso de Ucrania al mar de Azoz. ¿Qué puede pasar ahora?
R.- Desde mi punto de vista, Rusia va a atacar más y destruir esta ciudad que parece que está ya en unas condiciones terribles. Se habla de un 80 % de la ciudad destruida. No podemos esperar otra cosa que más destrucción.
P.- ¿Por qué no acaba de producirse la toma de Kiev?
R.- No es nada fácil; los ucranianos son muy bravos y están resistiendo de una forma increíble. Rusia no quiere de ninguna manera entrar en la ciudad en una guerra de guerrillas, ir conquistando casa por casa; supondría un coste elevadísimo para sus tropas. Lo que va a hacer es machacar con artillería y aviación para obligar a la rendición.
P.- ¿Hasta cuándo puede durar el asedio?
R.- Nadie lo sabe. Si se corta el acceso a los suministros… De momento, parece que Kiev tiene aún dos vías de acceso por la parte sur. Mientras Rusia no consiga aislar totalmente Kiev, resistirán.
P.- ¿La toma de Kiev puede suponer el final de la guerra?
R.- Tiene un valor muy importante porque es la sede del Gobierno. No quiere decir que esté el presidente ucraniano porque por pura lógica tendrá que buscar un lugar seguro. No cabe duda del valor simbólico de la caída de la capital, sería un golpe muy importante para Rusia.
P.- El empleo por parte de Rusia de misiles hipersónicos ¿puede cambiar el curso de la guerra?
R.- No es tanto que cambie el curso porque la guerra militar la está ganando, no la mediática. Es un arma capaz de atacar objetivos a 2.000 kilómetros de distancia a una velocidad entre 8 y 10 veces la del sonido, por lo que es muy difícil de detectar.
Son armas muy modernas, muy precisas y hacen mucho daño. Se pueden utilizar también contra objetivos subterráneos; el poder de destrucción es muy grande y tiene un efecto psicológico para la población.
P.- Que los haya empezado a usar hace unos días, ¿obedece a un cambio de estrategia?
R.- Es muy difícil en estos momentos saber cuál es la idea del Estado Mayor ruso, aunque parece que quiere controlar toda Ucrania, en particular la zona al este del río Dniéper y evitar que tenga acceso al mar. De momento, parece que con eso se conforma.
Se dice que Rusia está teniendo muchas dificultades para avanzar pero lo cierto es que ha ocupado el Donbás y prácticamente la parte este está en sus manos de una manera u otra.
P.- ¿Se pensaba que iba ser un paseo militar? ¿Ha sorprendido que no lo sea?
R.- Se está presentando como un fracaso de Rusia y, así, se insufla ánimo a Ucrania. La guerra cambia día a día porque no solo es cuestión del atacante sino de cómo se defienda el atacado.
No me creo que Rusia fuera tan ilusa como para pensar que iba a ser un paseo militar porque los ucranianos y los rusos se conocen muy bien. Era conocedora de la bravura de los ucranianos.
Lo que sí ha sorprendido a Rusia es la gran unión del mundo occidental, de Estados Unidos y Europa.
P.- ¿Cómo debería Europa seguir apoyando a Ucrania?
R.- Una medida muy importante sería dejar de comprar gas a Rusia. No creo que se deba ir más lejos. Zelenski lleva tiempo queriéndonos implicar diciendo que vamos a ser los siguientes. Me temo que se le han dado unas garantías que le hacen continuar una guerra que militarmente tiene perdida.
Yo haría todo lo posible por lograr la paz, no una rendición. Debería ser consciente de que si no va a recibir un apoyo superior de Estados Unidos y de la OTAN, no tiene solución.
P.- ¿A qué tipo de garantías se refiere?
R.- No puedo saberlo. Lo que digo es que, o es un insensato o piensa que puede resistir más, que seguro que puede. Pero ¿hasta qué punto cuando está muriendo gente? Hay una resistencia numantina por parte de la población pero así no se gana una guerra, así se muere en una guerra.
P.- ¿Qué papel puede jugar China?
R.- Está jugando un papel de neutralidad apoyando a Rusia, lo que no dejar de ser paradójico. Se ha puesto de perfil en cierto modo pero puede ejercer una función de mediador importante.
P.- ¿Una Ucrania neutral puede ser la solución?
R.- Es una de las posibilidades. Rusia no se va a conformar con una declaración de Zelenski de que no va a entrar en la OTAN, sería necesario un cambio en la Constitución que lo recogiera.
P.- Usted que conoce bien al pueblo ruso, ¿qué se le pasa por la cabeza a Putin?
R.- Tenemos la costumbre de demonizar al enemigo y eso no resuelve la situación. Hay que tener en cuenta que Rusia, nos guste o nos guste, aunque gane o pierda la guerra, habrá que contar con ella en Europa.
Esta guerra puede ser fruto de no medir con exactitud los problemas de otros países, lo que nos decían que para ellos eran problemas existenciales.
P.- Se habla de la guerra de Putin más que de la guerra de Rusia…
R.- Si desaparece Putin, ¿se resuelven los problemas? Desde mi punto de vista no. Tiene el apoyo de un 70 % de la población rusa. Ha conseguido convencer a una gran parte de que el mundo occidental estaba en contra de Rusia.
Sí creo que puede tener más influencia en el final de la guerra la desaparición o anulación de Zelenski, no así en el caso de Putin.
P.- ¿Se prevé que se alargue mucho la guerra?
R.- No puedo decirlo. ¿Cuánto puede aguantar el pueblo ucraniano? Hasta la muerte, así de terrible.
Llevar a la muerte a un pueblo me parece terrible, solo se puede hacer si se tienen esperanzas de cambiar el curso de la guerra, de poder ganar. No digo que se rinda, pero tiene que valorar si quiere 10.000, 100.000 o un millón de muertos.
Hay que negociar. No es claudicar. Ucrania tiene una baza importantísima para la negociación y es que tiene un apoyo enorme por parte de occidente.
Rusia creo que se puede avenir a una negociación que le beneficie pero será consciente de hasta donde puede llegar. En una palabra: que se puede lograr la paz negociando y es lo que hay que hacer.
P.- ¿El peligro de una tercera guerra mundial está ahora más cerca?
R.- Las guerras se saben como empiezan pero no como terminan; mientras hay guerra, hay peligro. Jugar con alguien que tiene poder nuclear y un potencial militar que puede hacernos desaparecer, es algo que hay que tomarse muy en serio. Mientras menos dure, mejor para todos. EFE
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