Este miércoles fue la primera vista con testigos desde que empezó el juicio de extradición en junio del año pasado, y mientras la defensa trajo a dos profesores universitarios para apoyar la tesis de que Toledo está sufriendo mentalmente, la fiscalía llamó a guardias y responsables de la prisión donde se encuentra.
«Toledo está profundamente deprimido. Está tomando medicación para ello, pero aun así está yendo a peor. Le pregunté si tenía pensamientos suicidas y me respondió que no, pero yo me preocupé», declaró ante el juez el doctor Craig Haney, profesor de psicología en la Universidad de Santa Cruz (California, Estados Unidos).
«Está increíblemente nervioso. Hay un deterioro cognitivo por el que su capacidad de pensar y de recordar se están perjudicando», aseguró el doctor, quien se entrevistó con Toledo en dos ocasiones durante su confinamiento carcelario, una el pasado 16 de enero y otra el 28.
Desde noviembre del año pasado, el expresidente se encuentra en el penal de Maguire (en el condado de San Mateo, donde residía antes de ser encarcelado), en un régimen que le permite realizar múltiples llamadas, recibir visitas, mantener algunas interacciones con otros presos y pasar varias horas fuera de su celda.
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