En el Perú no existe una ley que regule la tenencia responsable de mascotas y, por ello, muchas personas se ven obligadas a recurrir a la vía judicial para hacer respetar los derechos de esos seres a los que ellos consideran parte de su familia. Pero no solo se trata de los animales, sino que también se vulneran los derechos fundamentales de los ciudadanos.
Así lo aseguró Sonia Córdova, abogada, quien –en julio pasado– logró que el Tribunal Constitucional fallara a favor de Fernando Ruelas para que pudiera usar, junto con su perrita Chira, el ascensor del edificio en el que vive, en Magdalena. Ellos ocupan un departamento del piso 16.
“Así como este, hay muchos otros casos. Si bien se entiende que algunos vecinos prefieren tomar distancia de los animalitos, hablamos de animales domésticos, que pueden ser educados para no incomodar a los demás”, dijo.
Precisamente, respecto a las personas que atraviesan una situación similar en sus departamentos, indicó que pueden acogerse al fallo que benefició a Ruelas.
“El Tribunal Constitucional declaró que la sentencia es una doctrina jurisprudencial. Ello significa que debe ser considerada como un precedente por juntas directivas de otros departamentos. Es un fallo histórico que no solo aplica para el demandante”, refirió.
Explicó que si bien la citada resolución no tiene un carácter obligatorio, establece que la prohibición de tenencia de mascotas es inconstitucional.
“Cualquier junta de propietarios que persista en la negativa de que los dueños tengan mascotas o que usen espacios compartidos, estaría violando los derechos que señaló el TC en el caso Ruelas”, advirtió.
Agregó que “tampoco se puede limitar la tenencia de perros o gatos en departamentos por su tamaño o raza, pues los derechos vulnerados son los mismos”.
Sin embargo, dijo que la resolución del caso Chira continúa siendo una sentencia y que en el Perú –a diferencia de países como Colombia y Uruguay– aún no existe una ley que ampare a los dueños de mascotas.
“Lamentablemente, si persistiera la prohibición, pese al precedente mencionado, los dueños tendrían que recurrir a la vía judicial y enfrentar un largo proceso. No existe una ley para todos. Cada uno deberá seguir un proceso independiente hasta lograr una sentencia favorable”, manifestó.
HISTORIAS DE LUCHA
Carmen Larenas también tuvo que enfrentar un proceso judicial y, afortunadamente, ganó. En agosto de este año, el Tercer Juzgado Civil Permanente de Ventanilla, admitió a su favor una acción de amparo contra la Municipalidad de Ventanilla que, en 2015, le notificó sobre una multa de S/1,155 que debía pagar por infringir una ordenanza que prohíbe tener más de dos mascotas.
Ella alberga en su casa a 32 perros y dos gatos, a los que alimenta, abriga y da cariño. “No dormía pensando en qué hacer con mis niños”, comentó. En octubre de 2016, presentó la acción de amparo con el apoyo de la abogada Córdova.
Así como ella, Paola Torpoco también lucha por los derechos de sus perros Aika, una cocker spaniel de 12 años, y Firu, un can que ha rescatado.
Ella vive en un departamento en Pueblo Libre, donde se ha prohibido que las mascotas entren al ascensor.
“ Aika no puede bajar ni subir escaleras. La bajo cargada mientras sostengo con mi otra mano la correa de Firu, que pesa 20 kilos y tiene mucha fuerza”, explicó.
Sostuvo que se reunirá con la junta directiva de su edificio y planteará normas de convivencia. “Lo único que pido es un poco de tolerancia”, dijo.
Marycielo Gómez atraviesa un episodio similar en Villa El Salvador. Ella vive con sus dos chihuahuas –Bernhard y Luna– en un condominio que tiene un parque. Sin embargo, la administración planea restringir los paseos de los canes por ese espacio. Ella afirmó que está dispuesta a llegar hasta el Poder Judicial.
DATOS
– A fin de tener una sana convivencia en los departamentos donde viven mascotas, la abogada Sonia Córdova plantea establecer normas como el uso de correas, bozales (si fuese necesario), horarios para uso del ascensor y otros espacios compartidos. 
 – Los derechos vulnerados al prohibir la tenencia de mascotas son el de propiedad, a la protección de animales, al libre tránsito y al libre desarrollo de la personalidad.
- “Lo que no existe por ley lo conseguimos a través de acciones de amparo”, refirió la especialista.
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