Un misterioso resplandor rosado iluminó el cielo de la ciudad australiana de Mildura e hizo creer a los ciudadanos que podría tratarse de una «invasión alienigena» .
El hecho asombroso sucedió el pasado miércoles en la pequeña localidad al sur de Australia, de poco más de 32.000 habitantes. Tammy Szumowski, residente en ese municipio se preguntó si el «apocalipsis había llegado»
«Solo estaba actuando de manera tranquila, diciéndoles a los niños: ‘No hay nada de qué preocuparse. Pero en mi cabeza pensé, ¿qué diablos es eso?» , añadió la madre de los pequeños a una televisión australiana.
Al final no resultó ser una nave extraterrestre, sino que se trataba de la luz que emanaba de una granja de cannabis en las afueras de Mildura.
Pero al igual que otros lugareños atónitos, la mente de la testigo inicialmente se fue creer en otra cosa: ¿era una invasión alienígena? ¿Un asteroide?, se preguntaban.
Muchos de los que pudieron contemplar el fenómeno creyeron que se trataba del fin del mundo.
Otro ciudadano, Nikea Champion, primero consideró que era una Luna roja muy brillante, antes de darse cuenta de que el destello se originaba desde el suelo.
«Todos estos escenarios del fin del mundo estaban pasando por mi cabeza», manifestó.
«Estaba viendo un gran momento de la serie Stranger Things. Me recuerda a ¿Vecna? ¿Eres tú?», se preguntó, haciendo referencia a un villano de la misma.
Una granja secreta expuesta
Ambas mujeres, para su tranquilidad, estaban completamente equivocadas. El cannabis medicinal se legalizó en Australia en 2016, pero el uso recreativo de la droga está prohibido.
Existen pocas instalaciones de cultivo y sus ubicaciones son de alto secreto por razones de seguridad. Se utilizan luces con tintes rojizos para ayudar al crecimiento del cultivo. Por lo general, las personas que las cubren bajan al anochecer, pero ese día no funcionaron, reveló un portavoz del fabricante Cann Group.
Y debido a que era una noche nublada, las luces crearon un «atardecer con esteroides» que podía verse a casi una hora de la instalación.
Al final lo que pareció un susto entre los vecinos del lugar, se convirtió en una anécdota divertida para los allí presentes