La policía checa ha sumado a su flota un Ferrari modelo 458 Italia, incautado a los delincuentes. Con esta nueva adquisición pretende atrapar a los que cometan un delito e intenten huir por carretera de forma rápida de las fuerzas y cuerpos de seguridad.
Se utilizará para dar caza a aquellos que participan en carreras ilegales así como para perseguir coches robados. El coste de convertirlo para uso policial ha sido de 12.000 euros.
El bólido es capaz de recorrer de 0 a 100 km/h en 3,4 segundos. Con rayas amarillas y azules fluorescentes, el vehículo será utilizado por el departamento de vigilancia especial y será conducido por oficiales especialmente capacitados.
Jiri Zly, jefe del departamento de tránsito de la policía, afirmó que el Ferrari, entre otras cosas, se usaría contra «los conductores más agresivos» en las carreteras checas.
La policía checa tiene cientos de vehículos confiscados que provienen de la delincuencia. Además se utilizan para combatir actividades delictivas graves en todo el país, aseguran desde el departamento policial.
Con esta idea lo que pretenden es disuadir a aquellos que cometan delitos y disuadirles de que puedan escapar de la policía. Ya que hasta ahora un coche policial no podía cpetir en velocidad para atrapar a los malhechores.