Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y Josep Borrell, alto representante para la Política Exterior, han comunicado hoy la puesta en marcha de una octava ronda de sanciones contra Rusia por la invasión de Ucrania. Esta es una de las respuestas de la Unión Europea a los “referendos de la vergüenza” celebrados estos días en los territorios ucranianos ocupados. El objetivo de las sanciones sigue siendo “debilitar” la economía rusa.
Estas sanciones van reducir todavía más las exportaciones de tecnología, servicios y productos químicos europeos con dirección a Rusia, con el objetivo de limitar su capacidad industrial y militar. Además, aumenta hasta 1.300 la “lista negra” de personas y empresas que han participado en la invasión, la movilización de reservistas y lo que se ha catalogado como “referendos de la vergüenza” en Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia.
Y por último, el anuncio incluye una novedad, y es que se va a prohibir a los ciudadanos europeos formar parte de los consejos de administración de empresas públicas rusas. “No deberían poder beneficiarse de los conocimientos de los expertos europeos”, ha dicho Von der Leyen. Una medida pensada para evitar posibles casos como el del excanciller alemán Gerhard Schröder, que trabajó para Gazprom.
P. N.