El escritor y conferenciante Salman Rushdie ha perdido un ojo y el uso de una mano por el ataque que sufrió el 12 de agosto, mientras estaba dando una charla en la Institución Chautauqua de Nueva York. La noticia la ha hecho pública su agente, ya que hasta ahora se desconocían las lesiones que tenía.
El autor de Versos Satánicos fue apuñalado en el cuello y el torso por un desconocido, cuando subía al escenario para hablar sobre la libertad artística. Rushdie recibió amenazas de muerte en Irán, tras publicar el polémico libro en la década de los 80.
Según su representante, Andrew Wilye, reconocía que su cliente tenía tres heridas graves en el cuello. «Una mano está incapacitada porque le cortaron los nervios del brazo. Además de tener unas 15 heridas más en el pecho y el torso. Fue un ataque brutal”, aseguraba.
No ha querido aclarar si Rushdie todavía estaba en el hospital, pero recalcó que lo más importante era que el escritor iba a vivir. Todo ello a pesar de las secuelas que le han quedado para el resto de su vida. Ya que no va a poder recuperar la visión de uno de los ojos y su mano estará inutilizada para siempre.
Wylie también confirmó que él y Rushdie habían hablado sobre la posibilidad de tal ataque en el pasado. “El principal peligro al que se enfrentó tantos años después de que se impuso la fatwa es que una persona al azar saliera de la nada y lo atacara», añadió. Desgraciadamente así fue lo que sucedió.
Dos semanas antes de sufrir el intento de asesinato, el escritor que vive en Estados Unidos, consideraba que había perdido el miedo de que alguien quisiera matarle. Por ello llevaba una vida normal, como cualquier otro ciudadano norteamericano.
El novelista que tiene 75 años, ha estado casado en cuatro ocasiones y tiene dos hijos. Aunque nació en La India, a día de hoy tiene nacionalidad británico-estadounidense.
R.F.
La Ley de Talión fue el soporte jurídico de la humanidad durante siglos y siglos, desde que parece en el código de Hammurabi, allá en Babilonia. Y la cosa funcionaba.
Ojo por ojo y diente por diente …. y, francamente, al día de hoy, la denostada Ley debería reimplantarse en casos como los del iluminado que ha invalidado a Salman Rushdie.