Mientras el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, sigue guardando un absoluto silencio sobre quién encabezará la lista a las elecciones al Parlamento Europeo del mes de junio, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con seis meses de antelación, ha iniciado, de hecho, la precampaña electoral a favor del candidato socialista Juan Fernando López Aguilar, apoyado por trescientos representantes de la socialdemocracia europea que, reunidos en Madrid en las últimas cuarenta y ocho horas, se han dedicado a elaborar un «manifiesto electoral» común basado en más Europa y más política social, una «nueva idea de Europa».
Zapatero, que ha recibido todo tipo de elogios sobre su liderazgo dentro de la socialdemocracia europea y el apoyo a sus medidas económicas, especialmente las últimas aprobadas la semana pasada en Consejo de Ministros, que van dirigidas hacia la creación de empleo a través de los Ayuntamientos, ha aprovechado para presentar al candidato socialista como ejemplo de esa nueva España joven, democrática y emprendedora y ha obviado cualquier referencia a quien ha sido, hasta ahora, el número uno de las listas, y presidente del Parlamento Europeo, el ex ministro y ex secretario general del PSOE Josep Borrell, uno de los pocos europarlamentarios españoles que se negaron a votar a favor sobre una polémica y discriminatoria ley europea contra los inmigrantes.
La reunión del Consejo del Partido Socialista Europeo (PSE) de Madrid ha despertado todo tipo de suspicacias dentro de las filas populares, que todavía desconocen el nombre del candidato que encabezara las listas.
Rajoy, en esa táctica tan personal suya de dilatar al máximo las decisiones, hasta el punto de dejar pudrir los temas, duda si ratificar en su puesto a Jaime Mayor Oreja, a quien ha colocado en su particular «lista negra» y al que acusa de ser el inspirador de la crisis provocada en el PP vasco por María San Gil, o proponer al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, como número uno para beneficiarse de su buena imagen y de su tirón electoral.
Aunque ya ha adelantado que lo que se juega en junio son unas elecciones europeas y que el resultado no tiene una lectura a nivel nacional de partido, la realidad es que si Ruiz-Galladón gana el triunfo se lo apuntaría el propio Rajoy, mientras que la derrota sería la derrota del alcalde, el mejor situado en estos momentos para optar al liderazgo nacional del partido.
Gallardón, que en sus peores momentos dentro del PP pensó presentarse como candidato a las europeas con una opción electoral propia (tenía incluso financiación suficiente para la aventura), piensa en estos momentos que la propuesta podría ser una trampa para quemarle, ya que el triunfo se lo apuntaría Rajoy y el fracaso le pasaría factura a él para sus aspiraciones sucesorias…
De cualquier forma, la eliminación de Jaime Mayor, uno de los que, en su momento, tuvo posibilidades de suceder a José María Aznar, y que actualmente está totalmente marginado de las grandes decisiones del partido, sería un paso más en la eliminación de cualquier alternativa de recambio.
Eliminados los discrepantes Rodrigo Rato, Ángel Acebes, Eduardo Zaplana, Francisco Álvarez-Cascos y María San Gil, es probable que el próximo objetivo a abatir sea precisamente Jaime Mayor Oreja.
¿Por qué si no Rajoy se empeña en prolongar el misterio y deja correr la especie de que su candidato es Alberto Ruiz-Gallardón?
José Oneto