viernes, noviembre 22, 2024
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El Gordo: 2.989.269

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Este año el Gordo de Navidad ha salido antes que nunca y ha caído en el mismísimo palacio de la Moncloa, demostrando que al presidente Zapatero la suerte se le ha vuelto del revés. Se le acabó la baraka y el cuento chino, y está empezando a competir con la mayor gafe del Reino de España, que no es otra que Esperanza Aguirre (toco pata de conejo), como de todos es más que conocido, además de su probada cobardía y natural escapismo para dejar tirados a sus compañeros -el grupo de Arturo en el malecón bajo el tiroteo y a De la Joya bajo la cama-, como dejó tirados a los conspiradores del PP cuando de ella se esperaba el salto sobre el congreso Valenciano del partido -le dijo a Juan Costa eso de «sal tú que a mí me da la risa»-, o en el golpe de Estado que ella, la Elefanta Blanca, había tramado contra Rajoy para la noche de la derrota electoral del pasado mes de marzo.

Si ni siquiera se atrevió a ayudar a su pupilo Jiménez Losantos en el juicio que le puso Gallardón, después de que había prometido su declaración a favor del insultador, pues imagínense ustedes lo que hizo la Condesa de Bombay cuando se escapó del mortífero hotel, trincó uno de los dos coches de la comitiva (luego once personas debieron meterse en el otro a presión), se fue como loca al aeropuerto y se subió en el primer avión sin mirar para atrás. Y esto que estamos contando no es una opinión, son hechos, y nada despreciables ni miserables, como dicen los memos del PP -Sorayita, hija, te has lucido- a los que Esperanza corre a garrotazos, naturalmente por la espalda, como le corresponde a su proverbial valentía. Por una vez Pepiño Blanco tenía razón cuando dijo lo «de sálvese quien pueda» aplicado a la presidenta de Madrid. La que en cena reciente y delante de un poderoso banquero machacó sin piedad a Rajoy, naturalmente por la espalda.

En fin, dejamos a un lado al gafe de Esperanza (toco madera) y vamos con el aprendiz de gafe que es Zapatero, al que le acaba de tocar el Gordo de la Navidad, que ha caído en el bonito número 2.989.269, coincidiendo con la cifra de los parados españoles, una funesta casualidad. El niño cantor de la Moncloa fue Pedrito Solbes, a quien, de tanto cantar, apenas le queda un hilito de voz y, de vez en cuando, se le escapa un jipido, como aquellos de los que hacía gala José María Aznar cuando hablaba en mexicano durante su visita al rancho texano de Bush, el presidente americano que ahora dice que se equivocó al creer que Sadam tenía armas de destrucción masiva, otra mentira más en su penosa retirada.

A Zapatero le crecen los enanos por doquier: Del Rivero, González, Miguel Sebastián -el de las bombillas y sin corbata-, y el pasmao de Moratinos, que acaba de lanzar un nuevo obús/bumerán con el lío de los vuelos de la CIA contra el PP, como aquel otro sobre la implicación de España -en los tiempos de Aznar- en el golpe de Estado a Chávez. Y claro, como el listo de Moratinos no sabe distinguir entre España y gobernantes de cualquier momento, al final el obús/bumerán le estalló en sus propios morros y se tendrá que retractar, pero una vez que ha organizado un caos diplomático como el que tiene sobre la mesa. Y encima, el hombre de la boba sonrisa se queja de que le han birlado los documentos del Ministerio de Exteriores y no sabe qué hacer.

¿Quién ha filtrado a El País las cartas secretas de los vuelos de la CIA que implican a los gobiernos de España, con Aznar y Zapatero? No se sabe, pero si hubiera que apostar yo lo haría por Miguel Barroso, un experto en artes de intoxicar, esposo de la ministra Chacón, visitante del Ministerio de Defensa -según se cuenta que para asesorar en su imagen y en otras artes-, como visitante parece del círculo íntimo del presidente, y autor de no pocas intrigas mediáticas, etcétera. Además la Chacón es la única de los ministros de Defensa a la que no le afectan las fechas de los vuelos ilegales, por lo que cabe preguntar sobre la filtración: ¿quid prodest? O sea, que puede que el fantasma del palacio Linares, alias Miguel, esté en la jugada, pero ésta es sólo una deducción/especulación.

Aunque yo a Barroso le atribuyo mayores maldades, como la de llevar al aprendiz de gafe de Zapatero al precipicio del poder, y decirle como si fuera el mismísimo Fausto: «Salta, José Luis, que para eso tienes alas de arcángel». A ver si así coloca a la Chacón en la Moncloa y él culmina su carrera de aprendiz de brujo, o de Rasputín.

Marcello

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