La plancha de la candidatura de la catedrática de Economía Aplicada, Marisol Esteban, avalada por catedráticos y personalidades universitarias proclives al ‘constitucionalismo’, y por Comisiones Obreras, daba prácticamente por hecho el triunfo, aunque ajustado, de la candidatura al Rectorado de la Universidad del País Vasco. Cuestiones aparte como la utilización del ilegal DNI vasco por parte de un centenar aproximado de estudiantes -cuya acreditación no goza de las garantías exigibles a una elección-, que no explicarían un vuelco en las previsiones, el desarrollo de las votaciones hacía esperar, hasta media hora antes del cierre de urnas, las siete y media de la tarde, que Marisol Esteban conseguía la plaza. Finalmente, los números cantaron: el catedrático de Ingeniería Telemática Iñaki Goiriceleia se impuso con un 52,25 de los votos frente al 47,75 logrado por la catedrática de Economía Aplicada de la Facultad de Sarriko.
Habrá que esperar cien días, de todos modos, para observar si las primeras palabras del rector electo, en defensa de un proyecto de «participación, diálogo y consenso» se traducen en políticas de integración de los que ansían una apertura universitaria tras décadas de nacionalismo (salvo el polémico mandato (2000-2003) de Manu Montero en el que se produjo la ruptura de la alianza constitucionalista universitaria.
Universidad y sociedad
Goiricelaya, hermano de la abogada de presos de ETA y miembro de la ilegalizada Batasuna, Jone Goiriceleia, ha vivido una jornada de triunfo impregnada por el impacto brutal del asesinato del empresario vasco Ignacio Uría, a manos de la banda terrorista ETA. Sus palabras han sido más próximas a las pronunciadas por el lehendakari: «Se pueden debatir todos los proyectos, pero nadie puede decidir por la vida nadie». «Es un hecho absolutamente condenable y rechazable -ha dicho- y yo soy incapaz de entenderlo».
El nuevo rector, que ha ostentado el Vicerrectorado de Ordenación Académica en el anterior equipo de Juan Ignacio Pérez, no se ha mostrado partidario de nuevas contrataciones de docentes en castellano en la Universidad Vasca, a pesar de que una buena parte de los actuales están en fase de jubilación. Tampoco ha desmentido las informaciones que le atribuyen el intento de que los presos de ETA puedan cursar estudios directamente en la UPV-EHU y no a través de la UNED.
Las expectativas de cambio creadas en el País Vasco (dentro y fuera de la Universidad) ante las próximas elecciones autonómicas, avaladas por las últimas tendencias en el voto en las sucesivas elecciones y por los sondeos del Euskobarómetro y del Sociómetro Vasco alimentaron las ilusiones de personalidades universitarias hacia una apertura científica, política y cultural. El desánimo ha cundido entre los perdedores, acostumbrados al ideario nacionalista en la UPV-EHU, ante la próxima primavera.
Chelo Aparicio