Pocos nombramientos de Barack Obama han despertado tantos comentarios y polémica como el de Hillary Clinton para dirigir la diplomacia.
Sin que el revuelo haya concluido del todo, el matutino Los Angeles Times ha pedido a antiguos ocupantes del cargo de secretario de Estado -George Shultz, James Baker, W. Christopher, M. Allbright y Colin Powell- que digan a la debutante lo que consideran prioritario. Las interesantes respuestas difieren:
-Shultz, que sirvió con el presidente Reagan, hace una analogía con el cultivo de un jardín. Si no cuidas uno de sus rincones durante seis meses, cuando vuelves el sitio está imposible. No se puede olvidar ningún problema en un puesto como ése. Y la constancia al abordar temas «intratables» puede al final, cita Irlanda del Norte, arrojar resultados.
-Baker, que trabajó con Bush padre, recalca intencionadamente que tener una fluida relación con el presidente es capital. Resulta fatal que los líderes extranjeros se percaten de que no hay excesiva confianza entre los dos. Menciona dos temas prioritarios y urgentes, el Próximo Oriente y, en contra de lo que se dijo en la campaña, defender el libre comercio.
-W. Christopher, primer mandato de Clinton, coloca la prioridad en restaurar la imagen de Estados Unidos en el mundo, cerrar Guantánamo, hacer una propuesta sobre medio ambiente que sustituya a Kioto…
-Madeleine Allbright, segundo mandato Clinton, apunta que hay tener una clara noción de las prioridades porque es un puesto en el que lo urgente tapa con frecuencia lo importante. Luego tiene una ocurrencia, asegura que las mujeres tienen ventajas sobre los hombres para ese cargo porque saben ponerse mejor en el lugar de los demás. Escuchan mejor, etc. Nadie se rasgará las vestiduras con la afirmación. Si fuera un hombre el que sostuviera lo contrario, que cuestionara cualquier capacitación intelectual de las señoras, correría, como mínimo, la tinta.
-Colin Powell, primer mandato Bush, subraya la importancia de que tu Ministerio te respalde plenamente. Asegura que a las crisis actuales se añadirán pronto otras, piensa que debe empezar reforzando alianzas como la OTAN y revela que una de las mayores sorpresas que él se llevó es que, dado cómo está el mundo, si quieres hacerlo bien tienes que aprender economía.
Inocencio Arias