La noticia estaba rondando las puertas de varios ministerios, pero hasta que no la puso en la Red nuestra ESTRELLA DIGITAL no comenzó el pánico ministerial, el baile de nombres para ministros, secretarios de Estado y los subsecretarios, temerosos unos y otros de no comerse el turrón, o de que los Reyes Magos les traigan el cese escondido en un saco de carbón. Algunos como Solbes, Álvarez y Moratinos ya deberían tener hechas las maletas, y otros como De la Vega, Bermejo, Sebastián, Cabrera, Espinosa, Aído, no deberían estar muy tranquilos por lo que pudiera pasar. Sobre todo si de lo que se trata es no sólo de arreglar el equipo económico, sino también de dar una mayor solidez política al equipo, reduciendo carteras -gasto en los tiempos de crisis-, y reforzando la imagen y el mensaje. Sobre todo porque, aunque todo el mundo sabe que el responsable principal es Zapatero, todos saben también que el Gobierno suele ser el escudo del presidente y que éste no abandonará el poder hasta el último suspiro, y si puede en la primavera del 2012.
Si de lo que se trata es de un Gobierno fuerte, con experiencia, tipo Obama, cohesión, con menos ministerios y más mensaje político que hará falta en el tiempo de crisis económica, lo más sensato sería que fuera relevada de su cargo la vicepresidenta De la Vega, o que fuera doblada con un ministerio de Presidencia y Portavoz, reduciendo su área de influencia a la Comisión Delegada del Gobierno, y a sus ministras favoritas, la que quede. En caso de que De la Vega tuviera que dejar la vicepresidencia se podría ubicar al frente del Ministerio de Justicia, que tanto le gusta, para abroncar todo lo que pueda a la presidenta del Constitucional, y visitar al Papa Benedicto XVI para hablar de los acuerdos con el Vaticano. Además Bermejo no lo ha hecho nada bien, y servía para los tiempos de bronca pero no para los de consenso, como el que hace falta en Justicia, departamento por el que han de suspirar Conde-Pumpido o el propio Fernando Ledesma, el íntimo de De la Vega.
Si hay relevo en la vicepresidencia primera está claro que Rubalcaba es el candidato más cualificado y puede que mejor situado. Sus éxitos frente a ETA, y su larga experiencia política en tiempo de dificultad, así como su capacidad para comunicar e intoxicar lo avalan. Además, si quiere, podría acumular la cartera de Interior, o se la podría ceder a Pumpido si por fin De la Vega se repliega en Justicia. Si la cosa queda reducida a incorporar un Ministerio de Presidencia (y relación con las Cortes) y Portavoz, ahí podría tener su oportunidad José Blanco.
Lo del área económica está cantado. Solbes se tiene que marchar y puede que con él Sebastián, y la inefable Magdalena Álvarez, al tiempo que se ha de reconvertir el extraño Ministerio de Ciencia e Innovación para meterlo en Industria, acumulando la Educación de la despeinada y de la inexistente Cabrera a Cultura, de igual manera que habrá que devolver el departamento de Vivienda -¿para qué sirve ese ministerio si no se construyen pisos?- a Fomento, de donde nunca debió salir.
Vayamos por partes. Solbes podría ser sustituido por el comisario Almunia, aunque imaginamos que don Joaquín no quiera perder el buen sillón de la Comisión para cambiarlo por un camarote de lujo en el Titanic de Zapatero. También figura el nombre del gobernador del Banco de España, Mafo para los amigos, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. En Industria la venganza de la chinita Garmendia podría ser exquisita si le quitara el sillón a Sebastián, porque ella sí tiene buena planta, y en un Gobierno reducido cubriría cuota femenina con nota. Sobre todo porque la que se va de manera irremediable y mas que motivada es Magdalena Álvarez. Fomento lo quiere José Blanco, para darse pote con los ricos, pero para eso mejor lo harían Javier de Paz, o Javier Gómez Navarro (este último también suena para Industria), dos de los hombres del núcleo duro del presidente donde también está la ministra Chacón. En cuanto a la joven Bibiana Aído, lo mejor sería que se integrase en Asuntos Sociales con Corbacho (es para ahorrar ministerios, hija), como Corredor podría acoplarse dentro del Ministerio de Fomento. Y la ministra de Agricultura, Espinosa, que nadie sabe quién es ni dónde está, debería dejar paso a alguien con cara y ojos, aunque lo de no estar suele ser una ventaja para permanecer eternamente en el mismo lugar.
Moratinos es otro que está quemado. Zapatero necesita, con Obama, a otro y más dinámico interlocutor. Hay tres nombres: Solana, que no se lleva nada bien con el presidente y sí demasiado con Felipe González, o Borrell, que ha hecho una excelente carrera en Europa y conoce muy bien los temas de la economía -como ex ministro que fue-, o Bernardino León, el hombre de Exteriores en Moncloa. Desde luego, la que sueña con el cargo es doña Trinidad Jiménez para hablarle a Hillary de mujer a mujer, pero la Trini no tiene peso y en su haber tiene el origen de la bronca de Chávez con el Rey.
O sea, que el Gobierno ideal, posible, corto (se ahorrarían un total de ¡cuatro ministerios!), sólido y estrecho podría, o más bien debería, ser el siguiente:
Zapatero
Rubalcaba; o De la Vega
Fernández Ordoñez; o Almunia
Rubalcaba; o Pumpido
De la Vega; o Pumpido.
Borell; o B. León
Chacón
Javier de Paz; o Blanco
Garmendia; o Gómez Navarro
Molina
Corbacho
Espinosa; o una andaluza
Salgado
Soria
Naturalmente, ésta es una primera lista, con alternativas, que puede cambiar e incluso mejorar o empeorar. ¿Para cuándo? Eso ya se verá.
Marcello