Con Juande Ramos en el banquillo, el Madrid ganó fácilmente al Zenit de San Petersburgo. Sin jugar con rapidez se impuso física y técnicamente al equipo ruso, que no está en su mejor momento dado que en su país la Liga está detenida a causa del general invierno. Con Juande y victoria, Ramón Calderón no tuvo que padecer gritos y flamear de pañuelos como habría podido ocurrir de tener nuevo resultado adverso.
El presidente madridista estaba ya en total desacuerdo con Bernd Schuster, a pesar de que lo había defendido en momentos delicados. No se atrevió a destituirlo en vísperas de la asamblea de socios compromisarios. Habría sido un motivo más para las discrepancias. Luego, el entrenador hizo otro gesto pidiendo el despido y no quedó otra salida que darle la boleta.
Schuster comenzó a tensar la cuerda tiempo atrás. Sus salidas de pata de banco fueron en aumento y lo irresistible fue que dijera que en el Camp Nou no se puede ganar.
Raúl, capitán del equipo, salió a contradecir al entrenador y, seguramente, sabía lo que iban a valer sus palabras. Calderón tenía el argumento de que los futbolistas no estaban de acuerdo con el entrenador. Ellos no arrojaban la toalla. Raúl lo sentenció. Y anoche marcó dos goles al Zenit para justificar su afirmación de que en el Camp Nou no es imposible ganar.
El equipo, en vísperas del partido con el Barça, tenía la obligación moral de sacar adelante el partido con el Zenit. La victoria o la derrota no lo iban a cambiar del segundo puesto de la liguilla, salvo que la Juventus perdiera con el Bate Borisov. Vencer era lo menos que se podía esperar del cambio radical que suponía el cambio de entrenador.
Juande Ramos no tuvo tiempo para cambiar nada. Tal vez se notó que los jugadores quisieron dejarle en buen lugar en el día del debú. Hizo varios cambios para ver el mayor número posible de jugadores. La novedad fue colocar a Meltzelder de lateral.
El partido tenía cierto interés por la presencia de Arshavin. Se ha dicho repetidamente que podía ser fichado por el Madrid. Por su actuación no se puede decir que sea jugador por el que cabe cometer locuras inversoras.
Julián García Candau