El deporte fue asignatura en sus múltiples variables del momento en las aulas de la Institución Libre de Enseñanza, y el propio Francisco Giner de los Ríos trajo a Madrid balones para la práctica del fútbol, disciplina entonces prácticamente desconocida en España. Las clases de formación física tuvieron como función principal formar parte de la educación integral del hombre.
En la actualidad, las disciplinas deportivas también deben servir para cultivar a los jóvenes en actividades sanas que les aparten de los múltiples problemas que les afectan.
José Luis Sáez, presidente de la Federación Española de Baloncesto, quien no ha tenido electoralmente oposición alguna para renovar el puesto, en los desayunos que convoca Europa Press pronunció una de las conferencias más interesantes que se han oído en los últimos años a dirigentes nacionales.
Los proyectos federativos no están limitados al oropel de las conquistas de las distintas selecciones nacionales. Al presidente del baloncesto le preocupan más los altos niveles de obesidad que están alcanzando los niños españoles y la ingesta de alcohol que cada día rebaja más la edad de quienes lo consumen.
El baloncesto, nacido para canchas pequeñas, para patios de colegio gracias al invento del canadiense judío Naismith, tuvo en Madrid seguidores en profesores que habían crecido en las aulas de la Institución y de ahí que naciera en el Instituto Ramiro de Maeztu, de la mano del profesor Antonio Magariños, el Club Estudiantes, cantera de importantísimos jugadores y, sobre todo, escuela de educación deportiva y cívica.
Es bueno que los presidentes federativos busquen en el deporte medidas preventivas contra las lacras actuales. Es importante que los propios ídolos de los niños promuevan la práctica deportiva que favorece la salud física y mental.
José Luis Sáez merecerá elogios si su programa obtiene resultados importantes aunque deportivamente no se mantengan los niveles del momento.
Julián García Candau