viernes, noviembre 22, 2024
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Financiaciones circulares

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Tras el atracón de crédito de la fase boyante anterior viene ahora una etapa dura y larga de adaptación a las nuevas condiciones del mercado. Por un lado, bancos y cajas tienen que fijar las nuevas referencias de precios, de condiciones y de riesgos acordes con la nueva situación. Mientras eso ocurre, y lleva tiempo, las ventanillas de financiación abren pocas horas y atienden a pocos clientes. Además tienen que equilibrar sus balances, fondos disponibles y fondos comprometidos, fondos captados y fondos distribuidos. Lo cual también requiere tiempo.

Las operaciones corporativas, que se llevan buena parte de la financiación privada, brillan por su ausencia, y sin esas operaciones apenas hay trabajo, no hay comisiones y no hay actividad. De lo que se trata ahora es de hacer bueno (o de no hacer malo) lo comprometido antes, afianzar las operaciones pendientes o ejecutar con las mejores condiciones para evitar disgustos mayores.

Entre las operaciones en curso hay dos destacadas, una urgente y otra no tanto. La urgente es la adquisición de Unión Fenosa por Gas Natural, una operación con buen sentido industrial que requiere una financiación por valor de 18.000 millones de euros, que es una pasta. Se van sumando bancos a la sindicación y se han ido ajustando (endureciendo) las condiciones del crédito conforme al nuevo marco del mercado. La mala noticia sería el desistimiento, que el comprador optara por la retirada en espera de tiempos mejores, de menores precios. No parece que vaya a ocurrir, la operación culminará, como estaba previsto, en primavera con la financiación debida y con todos los sacramentos administrativos.

Los 18.000 millones van a salir de los bancos y van a volver a ellos, incluso en mejores condiciones, ya que el deudor ofrece condiciones y garantías más interesantes para el acreedor. Una operación circular de financiación con cambio de protagonistas y actores. El resultado final mejora el cuadro, por un lado consolida una parte de la industria energética y por otro afianza partidas importantes de financiación.

Otro tanto sirve para el caso Endesa, para el divorcio previsto entre Ene y Acciona, que precisa también de unos 9.000 millones de euros que saldrán de unos bancos a otros y que modificarán los nombres de acreedores y deudores. Toda esa logística precisa tiempo y habilidades. Y también una cierta normalidad, alguna serenidad. En estos momentos son más las operaciones y entuertos que se resuelven que los que se complican, pero el protagonismo de estos últimos es desbordante, está de moda el catastrofismo, esa inclinación a lo lúgubre que suele acompañar a los ignorantes.

Fernando González Urbaneja

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