Al ex presidente del Gobierno José María Aznar le regaló el libio Gadafi un brioso corcel árabe llamado «El Rayo del Líder». Pues bien, inasequible al desaliento y enamorado que es de la poesía y de los poetas, el presidente de FAES ha hecho suyo el poema de Miguel Hernández El rayo que no cesa -«¿no cesará este rayo que me habita/ el corazón de exasperadas fieras…»-, y ha decidido convocar alrededor de Jaime Mayor Oreja, en un almuerzo homenaje al candidato del PP a las elecciones europeas, a los más notorios ministros de sus gobiernos, haciendo alarde de lo que el propio Aznar llama «la derecha sin complejos».
Aznar toma, pues, la iniciativa en el PP con un gesto que, lejos de aupar en el escenario político a Mayor Oreja, su ex ministro de Interior, coloca a Rajoy en difícil situación, y porque se pone él al frente del contraataque político del PP. Lo que sin lugar a duda será aprovechado por el Gobierno y el PSOE, que ya han abierto fuego en la precampaña electoral acusando a Mayor de ser, precisamente, miembro del Gobierno de Aznar que, para los socialistas, nos alejó de Europa y nos metió de bruces en la guerra de Iraq.
Se entiende la zozobra de Aznar porque, le guste o no, por culpa de todos sus errores en su segunda legislatura, Zapatero llegó al poder. Pero piensa el ex presidente que ahora, acorralado por la crisis económica, Zapatero puede estar a punto de perder el poder y por ello aprovecha la ocasión no para dejarle expedito el terreno a Rajoy, que ha recuperado el impulso y el aliento en Galicia, sino para alzarse él con el santo y la limosna provocando una foto de su liderazgo, como si de un gabinete en la sombra de Rajoy se tratara, pero presidiendo Aznar la fotografía y rememorando sus mandatos, que ahora reivindica con la excusa de la candidatura de Mayor.
Y llega esta iniciativa cuando, desde FAES, Aznar acaba de pedir, una vez más suplantando a Rajoy, una reforma del mercado laboral que el hoy líder del PP insinúa pero sin decir más, para evitar el discurso de sus adversarios políticos y sindicales, que acusan al PP de querer buscar el libre despido en plena crisis del paro y de la economía nacional.
Puede que, para muchos españoles del centro derecha, la foto de Aznar con su Gobierno ofrezca una imagen de cierta fortaleza frente al Gobierno de las bibianas y las chacones. Sobre todo si recuerdan los éxitos económicos que el PP cosechó en la economía, tras recibir una pésima herencia del último Gobierno de González, en el que Pedro Solbes también fue el responsable de la catástrofe económica.
Pero también para muchos españoles los gobiernos de Aznar fueron los de las mentiras del Prestige, Iraq y los atentados del 11-M, y representan a una derecha más conservadora y radical que la que pretendía centrar Rajoy, tras el último congreso valenciano del PP, donde Aznar fue a meter el dedo en el ojo, con el discurso rancio de los principios y los valores que está pasado de rosca y pertenece a otros tiempos.
O sea, que vamos a ver por dónde sale ese disparo de Aznar en la batalla electoral del mes de junio que ya está al alcance de la mano. No vaya a ser que, en vez de ayudar a Mayor y al PP de Rajoy, la foto de ese Gobierno fantasma espante a los posibles electores del PP en vez de convocarlos a su favor. Si esto fuera así y ésa fuera la consecuencia, entonces flaco servicio habría hecho Aznar a su partido, y ello le obligaría al rayo del líder, que no cesa, a dejar FAES de una vez, cumpliendo por fin la promesa que hizo y no cumplió de alejarse de la política.
Y si Aznar ha tomado esta iniciativa, ¿qué otra cosa puede hacer Rajoy sino acatarla, a sabiendas que es lo que más le podría gustar a su aznarista y a la vez candidato a las elecciones europeas, Jaime Mayor?
La impresión primera que ofrece la reaparición de Aznar con su fantasmal Gobierno es que esta foto no será buena para Rajoy. Aunque en el PP es tal la euforia que impera en estos momentos, tras la victoria de Galicia y el aguante del partido en Euskadi, que puede que el propio Rajoy y su equipo directivo hayan llegado a la conclusión de que, hagan lo que hagan por disparatado que sea, nada impedirá la paulatina caída política y electoral de Zapatero en el infierno de la crisis del paro y de la economía que va de mal en peor. Por eso Rajoy ha mantenido en la cabecera del cartel europeo al conservador Mayor, por eso no dan un paso hacia atrás en el ‘caso Gürtel’, por eso protegen a Trillo del juicio del yak-42, por eso no dan el definitivo salto al centro y renuncian, por ejemplo, a la buena imagen moderada del desaparecido Gallardón. Creen en el PP que tienen el viento y los dioses -o el solo Dios- a favor y que se lo pueden permitir todo. Incluso el regreso de Aznar, como si fuera el verdadero patrón. «Este rayo, ni cesa ni se agota…».
Marcello