El Barcelona está llegando a la meta con la lengua fuera. Parece que le ha dado el flato. Da la impresión de que está totalmente desfondado. Mostró carencias en Mestalla y las agrandó anoche en el Camp Nou.
Bastó que el Chelsea renunciara a jugar al fútbol para que careciera de ideas con que romper la muralla contraria. El Chelsea dedicó grandes esfuerzos para eliminar la dirección de Xavi y se amontonó frente a su área rompiendo las posibilidades de gol del Barça.
El equipo inglés no pretendió ganar. En ningún momento apareció como equipo alegre y atacante. El planteamiento táctico fue colocar una línea defensiva con cuatro hombres y cinco por delante. Únicamente quedó Drogba avanzado, y no siempre, porque hubo momentos en que también éste estuvo en su área defendiendo.
El Chelsea únicamente buscó el gol en contragolpes muy esporádicos. La mejor ocasión la tuvo Drogba cuando Márquez retrasó inadecuadamente un balón hacia Valdés. Éste tuvo que hacer dos paradas maestras en la misma jugada para evitar lo que podría haber sido injusto resultado. El equipo londinense no mostró condición de grande de Europa.
El equipo barcelonés insistió demasiado en el juego por el centro. Se estrelló contra la barrera y no encontró la ocasión del gol con las paredes que intentó.
El Barça falló goles con Henry, Eto’o, Bojan y Hleb. El mayor error, sin embargo, lo tuvo en la desafortunada actuación de su banda derecha, tantas veces explosiva y definitiva. Dani Alves perdió más tiempo en broncas que en el juego y Messi no se halló en ningún momento.
El equipo barcelonés pareció muy distinto al que hemos visto durante toda la temporada. Parece agotado. Da la impresión de que llega al Bernabéu fundido.
Julián García Candau