viernes, octubre 4, 2024
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El PIB roza el -3%, y bajando

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La secuencia preceptiva de datos económicos es como el martillo pilón templando el hierro, el mismo golpe varias veces y en mismo clavo. Entre los datos agregados destaca el del PIB, tótem de la macroeconomía, que integra y suma muchos otros datos previos. Cuando casi todas esas estadísticas de detalle (empleo, ventas, consumos…) son predominantemente negativas la resultante final ratifica la tendencia e incluso la acentúa. Más aun, como los datos llegan en su momento y los analistas tratan de anticipar, utilizan procedimientos de estimación basándose en los primeros indicios.

Es el caso ahora. La primera estimación de la evolución del PIB trimestral la hace el Servicio de Estudios del Banco de España (el más reputado y mejor dotado de recursos técnicos y humanos) unas semanas antes de que el INE, responsable de la estadística oficial, publique el primer dato provisional (14 de mayo) y el informe detallado una semana más tarde.

El anticipo del Banco de España para el primer trimestre ratifica una caída al -1,7% en términos intertrimestrales y del -2,9% en términos interanuales. Son datos que ya han sido apreciados por los analistas profesionales y que se sitúan en la banda más pesimista del consenso del mercado. Pero no es el dato en sí sino que la tendencia sigue siendo a la baja, y que el segundo trimestre del año puede reforzar la tendencia negativa y afectar las expectativas. El informe del Banco de España apunta que la recuperación, que será modesta, no llegará antes del 2010, lo cual aleja en el tiempo el cambio de tendencia.

Queda el consuelo de que a los japoneses les va mucho peor, una catástrofe. Y que a los europeos vecinos, competidores y aliados, no les va mejor. Pero la recesión en España cursa con efectos demoledores en el empleo que convierten la sociedad española en una preocupante anomalía en la zona del euro con unos porcentajes de paro que doblan la media de la zona euro (peor aun en el espacio de la OCDE, el de los países desarrollados) para convertirse en una severa restricción al crecimiento potencial.

Los datos económicos son contundentes: la economía española está peor que nunca desde que disponemos de información y la condición de país desarrollado. Los argumentos oficiales, los del Gobierno son más propios de un combatiente grogui, descentrado y roto, que los del líder sereno, en el puente de mando, gestionando la nave en medio de la tormenta.

Fernando González Urbaneja

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