La economía va de mal en peor en todo el mundo, nadie corrige los pronósticos a mejor en el horizonte de los próximos semestres. Los signos favorables son débiles e intermitentes, y si alguno asoma hay varios en sentido contrario para sofocar cualquier expectativa.
Y sin embargo las bolsas resisten, los «Osos bajistas», tal y como señala mi colega de al lado, se han ido a las praderas y han abandonado el parqué. Los índices andan al nivel de enero, pudiera ocurrir que éste sea el mejor semestre de los tres o cuatro últimos. Y apenas hay motivo para ello, casi nada va mejor ahora que hace un año. Y si la Bolsa cotiza lo que viene parece prematuro valorar la próxima recuperación.
Pero si los inversores compran es porque esperan algo, porque intuyen que no van a perder o que no hay alternativa mejor en estos momentos. Y efectivamente, los que han entrado a recargar carteras durante los meses pasados están saliendo muy bien librados. Más aun por el nivel de contratación es relevante, lo cual indica razonable vitalidad.
Concluir de estos datos que las bolsas van a estar dominadas por los tonos alcistas es mucho concluir, es muy prematuro. Más bien estamos ante un rebote coyuntural, que acredita un mercado tentativo en el que hay liquidez y donde se toman posiciones selectivas y muy a corto plazo.
En muy pocas sesiones se pueden volatilizar las ganancias de las últimas seis semanas. Es más probable que ocurra eso que lo contrario, porque las economías están muy débiles, las empresas están en repliegue y los beneficios y los dividendos van a menos. Pero en el entretanto aparecen oportunidades aunque sean muy coyunturales.
Fernando González Urbaneja