Ardanza aparecía como el pensamiento cabal que representa a un sentimiento colectivo nacionalista. Sorprendía su protagonismo en esta víspera del cambio, tras tiempos de silencios. Después del ex lehendakari, hablaba Urkullu, con mensajes ya conocidos. Terminaba la serie de declaraciones Javier Madrazo, protagonista en los últimos días de la prensa local, quien alababa la bondad de una adaptación a la vida civil -él en su instituto- al abandonar la política. Aunque eso sí, precisaba en la entrevista reproducida en los primeros minutos de ETB-2 (en castellano) que, a los 48 años de edad, una persona como él, aún podría regresar.
Eran los mensajes de la víspera en el ente público vasco. Tras ellos, la huelga general convocada contra el nuevo gobierno aún no nato de los sindicatos nacionalistas ELA y LAB, con el pretexto de la crisis general. También tuvo su hueco la nueva gripe y otros asuntos de interés social.
El último teleberri (21:00) reproducía el anterior. Volvían a hablar y a lanzar sus mensajes José Antonio Ardanza, Iñigo Urkullu, y Javier Madrazo. En este espacio se incluía, además, un fragmento de la entrevista en RNE a la presidenta del Parlamento Vasco, Arantza Quiroga (PP). En ella presagiaga un gobierno para todos los vascos. Tras estas declaraciones, la huelga de los sindicatos nacionalistas y la gripe A.
El segundo telediario tenía su propio redactor de la «previa» de la sesión que celebra este martes el Parlamento Vasco. El locutor daba cuenta de los centenares de periodistas acreditados en la Cámara Vasca «y» -señalaba- «entre los corresponsales extranjeros, la cadena Al Yazira». No sabemos si, además, estará la BBC.
Vitoria se acostaba desierta. Tan sólo algunos seres con indumentaria de periodista circulaban por las calles, y algunos políticos socialistas se preparaban para la jornada en los hoteles. Las últimas noticias vaticinan la grave crisis que aguarda al País Vasco. También en ésto parece colarse el miedo a lo desconocido, tras treinta años de gobiernos nacionalistas.
Chelo Aparicio