Lógicamente, a la hora de la crisis, también tenemos que pensar en términos de países hispanohablantes. España no se acaba ni en Finisterre ni en la isla del Hierro, porque más allá del océano están nuestros hermanos patrios, como a mi me gusta decir en relación con quienes heredaron de sus padres la misma lengua que nosotros. Por eso, en los momentos de dificultades, hemos de dedicar algún espacio en ESTRELLA DIGITAL a las cuestiones que más duramente afectan a las naciones de nuestra misma estirpe, al menos en parte, de allende el charco.
En esa tesitura, será bueno recordar que los países latinoamericanos experimentaron en su conjunto un notable crecimiento en la década 1998-2007. Y será interesante dar un repaso de carácter general a los procesos de integración en que participan, en una visión por zonas geográficas de Norte a Sur. En el contexto de la fuerte oposición habida en tiempos a la propuesta de EEUU de una zona de integración de todo el hemisferio, en el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) planteada por Bill Clinton en 1994 y que durante los dos mandatos (2001/2008) de G. W. Bush quedó semiabandonada. Sin que por el momento, durante el encuentro de Puerto España, del 18 y 19 de abril de 2009 en la Quinta Cumbre de las Américas, se recuperara ese proyecto. Si bien es cierto que si se replantearon las relaciones de todo el área América Latina Caribe (ALC en lo sucesivo).
«Estados Unidos ha cambiado» -dijo Barack Obama a los presidentes de América Latina en Puerto España-. «No ha sido fácil, pero ha cambiado. Y ahora creo que es importante recordar a mis queridos líderes que no es sólo EEUU el que tiene que cambiar. Todos tenemos la responsabilidad de mirar hacia el futuro». Pero los pueblos de la región ALC, recelan de casi todo, a pesar de lo cual, algo muy importante surgió de Puerto España: los líderes de este continente malamente van a poder refugiarse ya en la coartada del antiamericanismo.
Coartada, viva aún en muchos ambientes y que tiene razones que la justifican. Obama lo reconoció el 17.IV.09: «En ocasiones hemos tratado de dictar nuestras condiciones».
En los últimos años se ha observado cómo Rusia, China y otros países prestan gran atención a Iberoamérica, y algunas naciones europeas se disputan el protagonismo mediático en ellas. Simultáneamente, en muchas capitales europeas y en ciertos medios de difusión se mantiene una imagen negativa de Latinoamérica, asociando esa denominación con caos, miseria y caudillismo. Cuando lo cierto es que la mayoría de las naciones iberoamericanas se han comprometido con la democracia y están desarrollando el capitalismo social de mercado. Siguiendo esa línea de acción, los numerosos órganos de integración existentes deberían reforzarse, según iremos viendo, en la Comunidad Iberoamericana y abarquen todas las facetas de la actividad humana.
Desde un enfoque general, México se sitúa en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que le une a EEUU y Canadá, en una zona de libre comercio en la que se encuentra el comercio exterior, en algo más del 80 por 100, con el coloso del Norte. Debiendo subrayarse respecto al TLCAN, que dentro de él no se ha dado, respuesta el tema migratorio, convertido en una de las cuestiones vitales de la convivencia estadounidense-mexicana y que en la nueva era Obama podría ser objeto de nueva regulación; en línea con el otro gran asunto de interés común: el narcotráfico con grandes intereses a ambos lados de la frontera.
En cuanto a Centroamérica, continua en su siempre problemático crecimiento con una serie de perspectivas casi nunca cumplidas del Mercado Común Centroamericano (MCCA). En un escenario complejo, animado por los acuerdos comerciales de sus cinco países con EEUU. Convenios bilaterales muy criticados por amplios colectivos políticos y sindicales en toda el área; pero sin otra alternativa significativa a la vista, en un mundo en el cual la OMC no acaba de dar soluciones para las medianas y pequeñas naciones en vías de desarrollo dentro de la Ronda Doha.
Y dentro de la América Central, y aparte de su siempre moderado interés en la integración centroamericana, Panamá, la nación más librecambista de todo el ALC, se polariza en el gran proyecto de la ampliación del canal trans-ístmico, obra fundamental para la economía del país y el tráfico marítimo mundial; aunque afectada transitoriamente por la fuerte caída de los fletes mundiales a causa de la crisis.
En la República Dominicana (socio del MCCA y ACP dentro del marco de la UE), la gestión del presidente Lionel Fernández supone un notable proceso de recuperación de las dificultades surgidas en el anterior mandato.
Y dentro de esa misma franja de territorios insulares, Puerto Rico se debate, una vez más, ante la previsión de un referéndum complicado en sus planteamientos, y más aún en sus implicaciones; entre su plena inserción a EEUU, o la independencia llena de incertidumbres. Por último, en el caso de Haití la situación sigue siendo difícil y confusa por su pasado más que traumático y por las crónicas dificultades políticas y económicas.
En cuanto a los países anglosajones del Caribe, en su mayoría importadores netos de bienes primarios, se beneficiarán de la reducción de los precios de los alimentos y de combustibles derivados de la crisis. Lo que de alguna manera podría compensar el impacto negativo de la reducción de sus exportaciones y sobre todo de la actividad turística.
En cuanto a Cuba, se mantienen sus persistentes insuficiencias económicas, por las rigideces de todo tipo en su particular modelo de bajo crecimiento burocratizado y autoritario. Lo cual se combina con la continuidad del embargo de EEUU (tema que con Obama podría cambiar mucho), y las dudas sobre quien es realmente el máximo dignatario del país así como sobre las intenciones reales de cambio a la democracia. A pesar de lo cual, en la Quinta Cumbre de las Américas hubo una encendida defensa de la Cuba Castrista. «¿Y por qué Cuba no está?» Ésta fue la primera pregunta de Chávez, quien pidió el fin del embargo económico de EEUU a la isla. «Ojalá que el presidente de EEUU no siga el ejemplo del rey de España cuando me dijo: ¿por qué no te callas?», comentó evocando la Cumbre Iberoamericana de Chile en 2007.
Seguiremos la semana próxima en nuestro recorrido hacia el sur a lo largo del hemisferio occidental que tanto nos interesa a todos los hispanos.
Ramón Tamames