Florentino Pérez hizo su presentación estelar como candidato a la presidencia del Real Madrid y no avanzó nombres, como habría querido la gran concurrencia de informadores nacionales y extranjeros. Sin embargo, lo tiene casi todo pensado.
Jorge Valdano y Zinedine Zidane fueron los únicos fichajes que comprometió para su equipo, y aunque no apunta nombres de dirigentes que le acompañarán en la candidatura, se pude apostar porque en ella habrá pesos pesados, gentes de gran prestigio económico y profesional.
A Florentino le consta que Cristiano Ronaldo tiene un acuerdo con el Manchester United mediante el cual obtiene la libertad por 80 millones de euros. El futuro presidente esta operación la ve con mucha prudencia.
De entrada cree que las cifras que se manejan son «una locura». Para hablar de Cristiano hay que comenzar a hacerlo desde el punto de vista económico porque, entre palas y azadones, el contrato se va a los cien millones y, además, hay que añadir el salario.
La contratación de Cristiano Ronaldo tiene ciertos inconvenientes de tipo personal. Se le considera un gran jugador, pero sus comportamientos no acaban de gustar. Se le ve engreído, presumido, fatuo y es estilo que no agrada.
El jugador portugués, sobre cuya calidad no hay dudas, podría crear en el vestuario algunas tensiones. Se confía en que Raúl se acomodaría como lo ha hecho otras veces, aunque no dejaría se ser foco de alguna discrepancia.
Florentino, aunque el programa lo tiene ya diseñado, ha decidido aguardar a que acaben las competiciones oficiales para comenzar conversaciones para la contratación de futbolistas. No quiere interferirse en los últimos partidos de los campeonatos nacionales y extranjeros.
Los jugadores que desea no distan gran cosa de los nombres que se han aireado, y ello sucede también con los de los entrenadores. Dice, con cierta sorna, que han aparecido tantos en los medios informativos que, «forzosamente, con alguno se acertará».
Julián García Candau