Son tiempos raros éstos, la calidad de los riesgos empeora, incluidos los soberanos, pero la colocación de deuda se hace a precios bajos y en cantidades razonables.
Las agencias de calificación van a revisar la valoración del papel de Gran Bretaña, y más tarde lo harán de la mayor parte de países, los PIGS del sur y los estirados del norte. Y peor nota quiere decir más coste de la deuda, que se dejará notar pronto.
Sin embargo, los mercados van a su bola y las emisiones se colocan a precios más que interesantes. El Tesoro español ha colocado esta semana letras a doce meses por debajo del 1%, que significa un récord histórico por abajo, y los bonos a diez años lo hacen en torno al 3,7%.
Son datos del momento, que se diferencian bastante de los de hace un año y que probablemente se parecen poco a los que regirán dentro de un año. El precio del dinero es ahora muy volátil, tan incierto como siempre y un poco más. Bajo.
Las agencias advierten que van a revisar sus notas con carácter general, a estados, instituciones y compañías. Es lógico, todo va a menos y peor, al menos hasta que la economía toque fondo y se consuma el acomodo a una nueva situación, algo que llevará, cuando menos, todo lo que queda de año y buena parte del próximo.
Fernando González Urbaneja