viernes, octubre 4, 2024
- Publicidad -

Chávez, a galope tendido

No te pierdas...

No iba a perpetuarse en el poder para nada. Ha insistido por medio de dos referéndum en cambiar la Constitución para proclamar a todos los vientos que su revolución en Venezuela es como la que quiso hacer Salvador Allende en Chile, con su Gobierno de la Unidad Popular. Un tránsito hacia el socialismo a través de los cauces democráticos.

El último paso que acaba de dar el caudillo bolivariano, la nacionalización del entero sector siderúrgico -en el que hay invertidos capitales de Europa, Asia y la propia Iberoamérica para que sea gestionado directamente por comités obreros, ha sido precedida, en Caracas, por una contra-manifestación de pistoleros chavistas destinada a abortar la protesta de miles de estudiantes frente al castigo presupuestario del gasto y las inversiones en la Enseñanza Superior. Una protesta a la que en pocos minutos se sumaron miles de ciudadanos de toda condición, obviamente opuestos a los derroteros por los que se encamina el régimen.

Me he referido a la idea del paralelismo entre el proceso venezolano de ahora y el proceso chileno en el arranque de los años 70 del pasado siglo. A la referencia hay que añadir otros componentes de similitud. Aludo, añadidamente, al papel que en el Chile de entonces jugó el castrismo a través del Movimiento de Izquierda Revolucionaria; papel que, habiendo sido tan relevante, no llega, ni de lejos, al que el castrismo juega en la Venezuela de ahora. Al fin y al cabo, en los tiempos aquellos de la Unidad Popular, el castrismo no tenía posiciones ocupadas en las estructuras de la seguridad del Estado como las que tiene actualmente en esta Venezuela de Chávez.

Tampoco hubo en aquel tiempo de la Guerra Fría una infiltración castro-comunista en las bases populares chilenas como la que ahora se opera en Venezuela a través de los programas de alfabetización escolar, que se han venido a solapar con los programas precedentes de «alfabetización sanitaria». Unos y otros han sido los instrumentos de penetración del castrismo en el Continente africano, y en Asia, durante el tiempo de la confrontación de bloques.

Todo eso es muy sabido a estas alturas de la Historia, por lo que existe un estado general de preaviso, que más antes que después pasará factura el régimen chavista. Y se hará primordialmente por el camino de unas desinversiones de capital, que completarían la cosecha de quebrantos económicos derivados del proceso de estatización de la economía, en pos del capitalismo de Estado propio de los tiempos de Stalin en los que se ha venido a inspirar el actual comunismo de Cuba.

Pero, sabido es, las desgracias no suelen venir solas. Al reducirse a un tercio los ingresos venezolanos obtenidos con el petróleo, por causa de la caída del precio del barril, y al representar las exportaciones de crudo el 90 por ciento de ese comercio exterior, viene a resultar que el galope revolucionario emprendido por Hugo Chávez lleva por derecho al fracaso social y al crujir de dientes en las amplias capas populares de Venezuela. Y de ello puede resultar cualquier cosa, desde la radicalización socialista contra todo lo que huela a mercado, a la rebelión popular contra la catástrofe gestora.

José Javaloyes

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -