Tanto las cuentas del Estado central como las de la Seguridad Social van a menos, a peor. Hemos conocido las del primer cuatrimestre (el trimestre horrible y el primer mes del siguiente que puede ser peor) y el deterioro progresivo sigue su curso.
El cuadro básico sirve para todas las cuentas: los ingresos no crecen, más bien decrecen, y los gastos crecen por encima de lo previsto. Nada nuevo, nada imprevisible, la elasticidad del déficit público a la crisis es alta: a más crisis, el déficit crece a mayor ritmo.
Aunque hay sesgos en las cuentas que dificultan la comparación con el ejercicio anterior, la corriente de fondo es bastante mala. Todos los ingresos tributarios, también los de cuotas de la Seguridad Social, presentan signo negativo, en algunos casos (impuesto de sociedades) con dos dígitos. Y prácticamente todos los capítulos de gastos van por encima de lo previsto.
El Gobierno pretende recuperar el desequilibrio presupuestario que tolera el sistema del euro, menos del 3 por ciento del PIB al concluir el año 2012, que ahora es como decir la eternidad. Y para el año 2010 es más que probable que el déficit público supere el 10 por ciento del PIB, un porcentaje inaceptable hace unos meses.
La financiación de ese déficit requerirá captar recursos de los mercados que mermarán la financiación de otras iniciativas, especialmente de familias y empresas, y presionarán al alza los tipos de interés. Hasta ahora el Tesoro español ha captado recursos sin problemas, para financiar necesidades cifradas en casi 50.000 millones de euros mediante toda la gama de instrumentos de deuda que, por ahora, no han elevado el coste previsto de financiación, pero pasados unos meses y con la previsible presión de todos los gobiernos para captar recursos, los mercados financieros sufrirán un evidente estrés de demanda.
En las cuentas públicas no se nota el más leve asomo de esos «brotes verdes» tan queridos y reclamados por el presidente Zapatero. No hay brotes, no hay signos de recuperación, más bien todo lo contrario, para este trimestre y para este año, de momento.
Fernando González Urbaneja