A la selección española de fútbol le costó encontrar un sistema de juego, y lo halló cuando Luis Aragonés decidió dar paso a la nueva generación que tenía como señas de identidad el fútbol basado en el buen toque, la triangulación y la solidaridad en el esfuerzo. El Barça es un clon.
El equipo barcelonés ha ganado la triple corona en un año en que ha prescindido de su gran estrella, del hombre que condicionaba el juego. Con Ronaldinho en el campo no había libertad de movimientos. La imaginación personal estaba permanentemente condicionada.
En el desarrollo del juego había que tener presente siempre al brasileño. Mientras éste estuvo en plenitud el equipo brilló, y después, tras sus múltiples negligencias, lo llevó al desastre. Ronaldinho le regaló dos Ligas al Real Madrid.
Pep Guardiola se la jugó cuando anunció que no quería en el equipo a quienes creaban problemas. La directiva aceptó el reto, pese al peligro que conlleva prescindir de estrellas, y acertó.
Guardiola, recogepelotas en el Camp Nou, barcelonista con pedigrí, ha creado un equipo disciplinado en el trabajo semanal y asociado en el juego colectivo.
La principal labor ha sido explotar la calidad de los jugadores y aportar a la alineación titular a quienes han demostrado ser los mejores. Piqué ha sido el descubrimiento del año y para Iniesta llegó la consagración definitiva.
El Barça, triple campeón, puede presumir de ser el equipo de élite que mayor número de canteranos posee y alinea. El equipo barcelonista cuenta con varias figuras extranjeras, pero su corazón tiene latidos nacionales, y alguno de los foráneos, Messi, también crecido en La Masía.
El Barça campeón es el surgido de la cantera y de un plan de fichajes racionales. La directiva y Txiqui Begiristain, el director deportivo, no echan mano de la chequera sin saber qué necesita el equipo. Han reforzado la política equilibrada.
En el Camp Nou no se contrata por el nombre, sino por la necesidad de reforzar lugares concretos con jugadores de profesionalidad contrastada. Ahora solamente tiene una duda que despejar: Eto’o. El camerunés es inestable emocionalmente.
Julián García Candau