viernes, octubre 4, 2024
- Publicidad -

USA responde a las amenazas norcoreanas

No te pierdas...

Si la insistida bravata norcoreana –tanto en el plano diplomático (denuncia del Tratado de Armisticio de 1953) como en el militar (amenaza directa contra Corea del Sur) – componía una gesticulación contra la Conferencia de Seguridad que la ASEAN celebraba en Singapur, ha sido allí donde ha encontrado la respuesta modulada y precisa de Estados Unidos. Robert Gates, secretario de Defensa, ha respondido con un doble mensaje: toda acción norcoreana, la que fuera, encontraría respuesta, y convendría que ésta mejor se diera antes que después.

El resto del discurso de Gates, nada tiene de nuevo sobre Pyongyang y si bastante respecto a Teherán, por hacer al respecto una referencia en paralelo al riesgo internacional que representa el autismo de Kim Yong II. Estadios distintos de un mismo peligro para la paz mundial, inaceptable por principio. La salpicadura dialéctica a Irán no ha sido evitada en modo alguno, pese a las expectativas de cambio en la relación irano-americana. Hablamos, con lo de Corea – y derivados -, de una prioridad internacional extrema.

Obvio resulta que esta declaración de Gates no responde sólo al criterio en sí del Pentagono sino que Estados Unidos habla en nombre de la legalidad internacional, dado que fue ya en nombre de ésta cuando en 1950, respondió militarmente a la invasión norcoreana de Corea del Sur, una vez obtenido por ésta, de Stalin, un apoyo con el que la URSS pretendía redondear su ocupación de las Kuriles, al declarar la guerra a Japón cuando Japón ya la tenía perdida con Estados Unidos. A Moscú se le escurrió de las manos el derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU y Norteamérica le ganó la vez.

Ahora, tanto Rusia como China se alinean en el rechazo y la condena de lo actuado por Corea del Norte desde el pasado lunes, cuando repitió la trasgresión internacional en octubre de 2006, al detonar un artefacto nuclear de potencia sensiblemente inferior a la de ahora. Y es lo más notorio de todo que ha sido la propia China el poder que se ha dirigido a Pyongyang para instarle a que se abstenga de incumplir los Tratados internacionales que tiene suscritos, concretamente ahora el Tratado de Armisticio que firmó en 1953 para el alto el fuego en la guerra de Corea. Un documento signado con Corea del Sur y con Estados Unidos, que representaba entonces a Naciones Unidas en virtud del mandato que le había conferido el Consejo de Seguridad.

Si desde entonces venía a Washington su legitimación como parte en este asunto de las Coreas, del propio Consejo le llega ahora la oposición unánime al demencial derrotero emprendido –y continuado- por el régimen comunista de Pyongyang. Un extraño vehículo de hermético totalitarismo comunista, que, por lo que se ve no tiene freno y carece de marcha atrás.

Kim Yong II se va a quedar, mal que le pese, sin su negocio de traficante atómico. No dispondrá de los fondos secretos que tiene en la banca de Macao ni se dejará, internacionalmente, que trafique con tecnologías para armas de destrucción masiva.

José Javaloyes

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -