Los datos agregados de la banca española correspondientes al primer trimestre (periodo horrible para la mayor parte de las economías y desde luego la española) revelan un recorte de beneficios del orden del 21%, que se explica por unas mayores provisiones para hacer frente a la creciente morosidad. En un año, la cifra de morosos ha saltado de un casi irrelevante 1,23% de los créditos a casi el 3%.
Los beneficios registrados en el trimestre superan los 4.000 millones de euros, frente a 5.160 del primer trimestre del 2008. Y las provisiones han pasado de 2.500 millones el año anterior (primer trimestre) a 4.135 el pasado trimestre.
Otro dato relevante del balance agregado del sector se refiere a la asimetría entre activo y pasivo, entre la cifra de créditos y la de depósitos. Desde hace años el sistema bancario español se fondea en el exterior tomando recursos de otras entidades españolas y, sobre todo, extranjeras, lo cual tropieza ahora con crecientes dificultades.
Si hace un año la diferencia entre créditos y depósitos de clientes se acercaba a los 200.000 millones de euros, ahora se ha recortado a menos de 170.000 como consecuencia de un crecimiento de depósitos de la clientela de más del 9%, frente a un crecimiento del crédito que no llega al 4,5%.
Las cifras de negocio medidas tanto por el margen financiero como de explotación ponen de relieve razonable estabilidad en un negocio que viene a menos por incremento de las exigencias y de los umbrales de riesgo.
Con todo, conviene extremar la cautela, la morosidad es lo último que llega y lo último que se va, computa con retraso de un año o más con respecto al ciclo económico y además la primera fase se matiza por el exceso de provisiones constituidas antes. Así ocurre en el sistema bancario español, cuyas provisiones genéricas y anticíclicas sirven para mitigar el primer efecto de la crisis pero que ahora están prácticamente agotadas.
La morosidad media del trimestre, del 3%, puede alcanzar el 6% a finales de año e incluso llegar más arriba en el transcurso del siguiente, y dejar exhausta la capacidad de generar beneficios incluso de los mejores bancos.
De manera que los resultados bancarios del primer trimestre son buenos, pero también son pasado; empeorarán con el paso de los trimestres y no alcanzarán fondo, probablemente, hasta muy avanzado el 2010, cuando la morosidad alcance el techo. De manera que la banca gana menos porque provisiona más y así va a seguir los próximos trimestres.
Fernando González Urbaneja