Por fin ha cantado la gallina. Nuestra marcial y muy aguerrida ministra de Defensa, Carme Chacón -«¡capitán, a la voz de mando, ponga firmes!», dijo en su estreno-, reconoció en el Senado que las tropas españolas desplegadas en Afganistán «entran en combate». Es decir, estamos en guerra y vamos a más, porque la ministra va a enviar al campo de batalla a 200 soldados más, que correrán graves riesgos como lo reconoce la Chacón poniendo cara de mucha preocupación y de no haber roto un plato, mientras murmulla que nos vamos a quedar en ese conflicto por lo menos ¡cinco años más!
O sea, estamos en guerra y nos vamos a meter cada vez más en combates que se libran en Afganistán nadie sabe en defensa de qué: ¿del régimen casi medieval de Karzai y de sus señores de la guerra y talibanes de distinto pelaje?, ¿de las rutas del opio y del petróleo?, ¿cómo escoltas de Obama, el nuevo emperador?, ¿cómo un pago a USA por las retiradas intempestivas de Iraq y Kosovo? Pues por un poco de todo esto se pone en peligro la vida de nuestros soldados.
Y mientras tanto se están recomponiendo los platos rotos del CNI, y en los últimos meses hemos perdido una escuadrilla de aviones de combate caídos en accidentes, mientras parte de la flota permanece varada por averías o por falta de presupuestos para maniobras, cuando a lo mejor deberían estar en las aguas del Líbano para cubrir las espaldas a las tropas españolas que allí están desplegadas, como hacen buques de otros países. Y mientras, estamos a la espera de que los carros blindados que iban para Afganistán reciban las reformas técnicas necesarias para su seguridad. Unas adaptaciones tardías que incumplen todos los plazos previstos.
¿Qué está pasando en el Ministerio de Defensa? No se sabe bien, pero si el departamento de la Chacón no tiene dinero para el desfile militar español de todos los años -como el que fue suspendido en este curso-, cómo se nos puede meter en una guerra de esta envergadura, cuando además el déficit público está por las nubes y el Gobierno pide a todo el país que se apriete el cinturón.
Lo único que hemos sacado en claro en estos días es que, por fin, la Chacón reconoce que las tropas españolas entran habitualmente en combate en las tierras de Afganistán y que sus vidas corren graves riesgos en una guerra en la que, además de los graves daños colaterales contra la población civil que se conocen cada día por culpa del fuego aliado, el alto mando americano no duda en declarar que la victoria es muy difícil y que en los últimos meses el panorama bélico ha ido a peor para las tropas de la OTAN.
Y por si algo faltara, la ministra acaba de cambiar el mando de las tropas de España en este territorio de guerra sin que nadie nos haya dado la oportuna explicación de los motivos de este relevo que se acaba de efectuar.
Y ¿qué hace al respecto de todo esto la oposición? Pues nada, callar y dar su apoyo a esta guerra. Lo único que querían los del PP era escuchar de la boca de la ministra decir que estamos en guerra, y eso ya lo ha dicho ayer la Chacón. Y a partir de ahí el PP, que es belicoso por ideología, a callar.
Marcello