¡Por fin se acabó! Uno tenía sus miedos ya que nuestro presidente, llevado sin duda por su vocación de servicio, podría decir aquello de “Santa Rita, lo que se da no se quita”, pero finalmente se ha impuesto la sensatez.
No recuerdo un primer semestre tan anodino, insípido, pesimista y pesado como éste en todos los años que llevo en esta tierra. Además no me he enterado de nada de lo que han hecho. Digo yo que habrán hecho algo aparte de un concierto en el Teatro Real.
Eso sí, los europeos del norte nos han traído su clima para hacernos así como ellos y por poco salimos todos en barcas. Qué espanto de invierno y primavera.
Todo se debe a lo mismo: la presidencia europea. El asunto es complicado: es como una carrera de relevos de seis meses pero con tres participantes y sin competidores. Me explico si puedo: el primer relevo lo hemos corrido nosotros, ahora se lo cedemos a Bélgica y por último el sprint final lo hará Hungría. Luego empezará otra carrera con otros tres países y distintos objetivos.
¿Que por qué es así? Ni idea. Pero estaremos todos de acuerdo en que quién así lo estableció se lo tiene que hacer mirar.
A los húngaros les toca en enero del 2011. Pobrecillos. Ya que esto de la presidencia europea, aunque sea temporal, crea envidias. Es como las comunidades de vecinos en las que el presidente tiene la culpa de todo, o peor aún: que te nombren fallera mayor o algo similar a una familiar directa. El odio es inmediato y acabas discutiendo con algún pariente de una aspirante frustrada que ha dicho alguna inconveniencia.
Desde los tiempos de Franco, nunca se había hablado tan mal en toda Europa de la situación de España y sus dirigentes. Que si la dichosa crisis, que si el euro, que si las burbujas inmobiliarias y financieras. Todos los dirigentes aconsejando, cuando no mandando a nuestro Gobierno, presidente incluido.
Pobres húngaros, no saben lo que les espera.
Con los belgas nada ocurrirá. Pasará inadvertida, pues allí una presidencia más o menos no se nota.
A quienes corresponda les ruego que tarden mucho, pero mucho tiempo en concedernos otro “marrón” como éste o similar.
Además, según dicen ellos mismos, no estamos para gastos y guateques.
Paco Fochs