El economista del Barça Xavier Sala i Martín escribió el fin de semana pasado en La Vanguardia un artículo que, como las chaquetas que suele usar, es muy llamativo. “Todo el mundo sabe que en la selección española que compitió en Sudáfrica predominaban los jugadores del Barça, se jugaba con el estilo del Barça y se usaba la mecánica memorizada del Barça y la estrategia del Barça. El director de orquesta era del Barça. Las seguridad defensiva era del Barça. El control del centro del campo era del Barça. Los goles (¡todos los goles!) fueron marcados por jugadores del Barça. Los medios de comunicación y los españoles en general eran del Barça”.
¿Alguien tiene algo que objetar? No. Tiene razón.
Como estos artículos se escriben para demostrar algo más, el economista de la Pompeu Fabra explicaba esto para demostrar que los catalanes aceptarían España, si España demostrara respeto a Cataluña. Así Cataluña podría encajar en España. Si España demostrara respeto por el legítimo deseo de autogobierno de Cataluña, entonces Cataluña demostraría respeto por España. Si España “quiere que el matrimonio sobreviva, debe aplicar el espíritu de la selección campeona del mundo al resto de la sociedad, la política y los medios de comunicación”. Pero si todas esas instituciones se comportan como “auténticos españosaurios” empujarán a Cataluña a su independencia.
Es magnífico este artículo. Sin duda, bastante bien planteado pues se usa la metáfora de la victoria de la selección para demostrar lo que España debe a Cataluña.
¿A Cataluña solo? Habría que decir a Asturias también, pues los asturianos vendrían a decir que la mayor parte de los goles los metió un guaje. ¿A ellos solos? Bueno, y a Madrid, pues el portero de Móstoles detuvo de forma tan brillante a disparos que iban a entrar en la escuadra, que si no es por esta villa adosada a Madrid, tampoco habríamos ganado. ¿A Madrid solo? Bueno, y a ese pueblito de Castilla la Mancha, que dio un jugador modesto como Iniesta, gracias al cual se pudo ganar cuando faltaban cuatro minutos para el final. ¿A Castilla La Mancha solo? Para ser honestos, a ese entrenador de Salamanca que supo unir con el pegamento de la unidad a un montón de personas que venían de sitios diferentes. Pero bueno, ¿a Salamanca se lo vamos a deber todo? Se me había olvidado el canario, el riojano, el vasco, el, en fin…
Xavier Sala i Martín se ha hecho la misma reflexión decenas de columnistas en todos los periódicos del país en estos días: ¿y no podrían tomar nota los políticos de este ambiente que ha existido en la selección del Mundial?
Lo que nos ha gustado del Mundial es que lo hemos podido convertir en la metáfora de una comunidad española ideal. Sin el genio catalán no habríamos llegado. Sin el genio asturiano tampoco. Sin el de Albacete o de La Rioja…
Xavier Sala i Martín tiene razón de sentirse orgulloso de que el Barça haya creado una pasta de jugadores que han sido cruciales para la victoria de la selección española. A esos chicos nunca se les olvidará la mejor experiencia de su vida. Haber luchado y ganado en una selección de los mejores del país. Fue un clima de sintonía milagroso, y gracias a esa sintonía y a saber aguantar el dolor, se ganó la copa del mundo.
Sala i Martín echa de menos esa sintonía en asuntos políticos. Nosotros también. Porque en la selección nadie fue por su lado, no se cultivaron vanidades, todos destacaban que lo importante es el equipo, estar juntos, pelear y ganar, y la victoria era de todos, incluyendo a los técnicos. ¿Piensan así los políticos catalanes? ¿En serio hemos escuchado siempre frases de concordia y de unidad? ¿Hemos visto llamamientos a luchar todos juntos por una meta superior? ¿Les gusta jugar en la selección social española?
No lo creo.
En Madrid, seguro que no hemos estado muy sembrados y a veces somos un poco paranoicos. Pero los políticos catalanes se han comportado de la misma manera. Así que hay tantos españosaurios como catalanosaurios. En eso, somos mundiales. Nadie nos gana.
Carlos Salas